Soy el
vestigio de un nombre huérfano
que nunca
supo de la alegría
y que cayó
bajo las sombras
rompiendo
llantos de despedida.
Ausencias que
escribieron con la vida
un destino,
un ajedrez, una caricia
que apenas esfumada
en los recuerdos
guardaba el
sabor de la agonía.
A pesar del
amor que te profeso
la insalvable
soledad puebla mis días
quiero hacer
de tu nombre mi victoria
y encontrarle
al laberinto una salida.
Sólo quiero
hallar ese camino
con la fiel
serenidad que tú me inspiras
y comprender
que sólo tú serás la fuerza
y la luz que
me impida ser vencida.
* Escritora, poetisa. Profesora en
Letras.