Los pueblos echan a los dirigentes que los despojan en defensa propia. Por eso, hoy es posible decir sin temor a errores, que a María Eugenia Vidal, la echaron los bonaerenses. Su derrota en el intento de seguir de gobernadora, de contar con aportantes truchos y eliminación de escuelas, hospitales y lo que fuere, fue por 20 puntos. Contundente. A Patricia Bullrich le pasó otro tanto, pero por otras razones. La perjudicó la globalización, el cambio abrupto de los parámetros del neoliberalismo instalados en 1990. En defensa propia La caída en Israel de Benjamín Netanyahu, liquidó su intento político de presionar en Buenos Aires para quedarse con los “bienes corporativo políticos” de Mauricio para intentar ser presidente. Apuntalada por la globalización, Bullrich tejió un vínculo muy fuerte con el ex primer ministro que tenía su fuerte en sectores minoritarios de la colectividad en Buenos Aires. Su mayoría, de pensamiento democrático y profundamente progresista, se inclina a enfre