El 7 de mayo de 1922, en un Junín, provincia de Buenos Aires, nace María Eva Duarte, Evita. Una de las mujeres más influyentes, como pocas, en la política argentina del siglo veinte. Pasaron los años, y su legado quedó en la memoria de todo el movimiento nacional y popular. Su lucha se hizo piel en todos los pueblos del mundo, en los invisibilizados, en los bastardos como a ella la trataban. En todo el mundo, su figura y sus frases están en muros, remeras, banderas, hasta películas de cómo fue su vida y sus luchas. El voto femenino, la Fundación Evita, la ciudad Evita, fueron algunas de sus ideas para paliar la infelicidad de sus descamisados. La amaban tanto los desposeídos, que eso, se convirtió en el odio de las clases altas de nuestra sociedad. Tenía esa ventaja. Era más querida que odiada, porque la clase oligárquica es mucho menor, que el pueblo que está atascado en la miseria y en la injusticia. Siempre, en todos los ámbitos, colocándose del lado de los débiles. Hay tantas