Soy el vestigio de un nombre huérfano que nunca supo de la alegría y que cayó bajo las sombras rompiendo llantos de despedida. Ausencias que escribieron con la vida un destino, un ajedrez, una caricia que apenas esfumada en los recuerdos guardaba el sabor de la agonía. A pesar del amor que te profeso la insalvable soledad puebla mis días quiero hacer de tu nombre mi victoria y encontrarle al laberinto una salida. Sólo quiero hallar ese camino con la fiel serenidad que tú me inspiras y comprender que sólo tú serás la fuerza y la luz que me impida ser vencida. * Escritora, poetisa. Profesora en Letras.