Un relámpago te llevó a otras arenas, Néstor, caminante audaz de vientos duros, mi corazón es el que siente ahogo y sin palabras parece quedar por un instante solo como si quisiera estar con vos en un suspiro donde las ausencias respiren una vez más tu palabra, tu paso, tu mano en cuya palma siempre llevas un aliento de pan para el necesitado; Llaman, Néstor, claman de dolor los hermanos del camino y van sobre una herida de barro, inconsolables, buscan tu mano, tu sonrisa, tu solidario andar por los atajos, en los pueblos de olvido. ¿Dónde está, Néstor? un relámpago lo llevó a otras arenas y ahí anda, presente en nuestro dolor con su voz de muchacho y su sonrisa de pueblos; una niña le apresa una palabra y la guarda en su bolsillo anónima, desesperada como un dije que desdice las ausencias; allí hacen una casa las manos de los otros y desnudan una lágrima, la comparten desdeñando las míseras condenas de los años viejos. ¿Dónde está Néstor?