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Mostrando las entradas de agosto 12, 2021

RECONQUISTA ESTÁ VIVA Y EN C.A.B.A. ES OLVIDO (Poema), por ALEJANDRO C. TARRUELLA*

Se olvida a los gauchos que ocuparon la Justina, nave británica de 26 cañones que no alcanzaron para bajarlos solo faltó que Buenos Aires la viera vencida en sus arenas y sus aguas hundidas en la marea del estuario, para que echaran de la historia al teniente Martín Miguel de Güemes y a sus soldados que aquel 12 de agosto de 1806 habían tomado la nave por orden de Santiago de Liniers.   Los libros de la ciudad que se pretende imperial los echan como un capítulo menor, un asunto de esas provincias a las que llamaron “ranchos” y un milico acostumbrado al monte, a la puna y a la quebrada o al llano, mitrificado en la historia como un tipo ajeno al esfuerzo “escaso de formación”, según mentían, salteño, para más datos, que cinco años después, en Suipacha, ganara la primera batalla de la Patria como avezado hombre de armas. Allí, el doctorcito Castelli lo echaría del ejército para hacerse de su triunfo de escritorio sin haberse agitado en batalla. La Buenos Aires de delicada inspiración bri

RODRÍGUEZ LARRETA NIEGA A GUEMES EN LA RECONQUISTA, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*

  El 12 de agosto de 1806 se produjo la Reconquista de Buenos Aires, al vencer las milicias patriotas al invasor inglés. La fecha no es muy afín a cierto porteñaje de inspiración británica, a los unitarios residuales y a quienes tienen una inspiración mitrista que persiste. Tuve ocasión de rever esa parte de la historia a raíz de mi libro más reciente, “Güemes, el héroe postergado” (Marea editorial con prólogo de Hernán Brienza y Martín Güemes Arruabarrena) para recordar que Santiago de Liniers determinó que Juan Martín de Pueyrredón fuera comandante de voluntario de Caballerías, donde estaba Martín Miguel de Güemes.   Los que vibran y los que niegan Ese día, el oficial salteño haría su bautismo de fuego en una tarea singular. A la caída de la tarde, el salteño de 21 años comandando a un grupo de jinetes, sintió que el agua le llegaba al cuello cuando llegó montado a tomar la fragata inglesa Justina, paralizada por una bajante del Río de la Plata. Diarios británicos y europeos da