No, no vive en situación de calle. Maia vive en la calle, abajo de un puente. Lo de situación déjenselo a los especialistas, a los que manejan estadísticas, casuísticas. Basta de eufemismos. Hagámonos cargo aunque sea de la conceptualización de la realidad. A Maia se le vulneraron todos sus derechos. Absolutamente. Ahora, en este momento, quizás se le están vulnerando los últimos dos. Que son los primeros: la vida y su integridad. No salgan con el cartel "todos somos Maia", ese eslogan déjenselos a los viejos y viejas culolargo de Recoleta que se solidarizan con un putañero, estafador y lavador de guita. No, no todos somos Maia. Si todos los fuéramos, este país ó bien sería más igualitario en su miserabilidad mal distribuida ó hubiera volado por el aire de una buena vez. La mitad de nuestros pibes y pibas son pobres. El 10 (?), el 20 (?), el 30 (?) son indigentes. Como Maia. No todos somos Maia, a merced de un macho lumpen de los tantos que hemos sabido concebir en esta soci