Cada aurora, en la basura, con un pan y un tallarín, se fabrica un barrilete para irse ¡y sigue aquí! Horacio Ferrer Hay un tinte medieval en este encierro. Llueve Buenos Aires sobre Buenos Aires, mejores vientos, lunas que emergen entre ramas desnudas, un mate a solas lo sigue entre ventanas limpias del sordo rencor de los tiznes fabriqueros y hay una nostalgia de amistad a la que no alcanzan los teléfonos ni las videociencias. Les falta el abrazo, el sonido de pájaros de los niños con fervor de plaza, calesita, subibaja y esos juegos de caños con que ilustran lo remoderno de lo moderno que luce de colores de artificio. Los niños sueñan el sueño de cada uno y de todos en escala común, en un compartir la risa. Le falta un tango zumbón al empedrado, un zorzal que anuncie madrugadas y una paloma que vuelva a comer restos del almuerzo de ese hombre que vive en la calle y hace de su solidaridad una barba quejumbrosa con la que anuncia su lej