El sonido de la chicharra me lleva hasta tu casa La que fue nuestra, y que hoy es un cumulo de escombros. De pie frente a la destrucción Observo con gran emoción, El olor a pólvora, Ese que me recuerda a las mesas familiares Y a las cumbias. El patio destruido, en mis recuerdos se convierte. En el salón de fiesta más hermoso que alguna vez fue. Los restos del portón me acercan sentimientos De amores familiares, inocencia e ilusiones. Los abuelos, los grandes anfitriones Las tías, las mejores cocineras, Los primos, los mejores amigos. Las luces que inundaron el cielo Hoy son difíciles de olvidar. Aunque ya no exista nada en mí, La nostalgia siempre vivirá. Navidad no volverá a ser lo que fue. NUNCA MÁS. *Estudiante de Facultad de Humanidades. UNaF.