La
caída en Israel de Benjamín Netanyahu, liquidó su intento político de presionar
en Buenos Aires para quedarse con los “bienes corporativo políticos” de
Mauricio para intentar ser presidente. Apuntalada por la globalización, Bullrich
tejió un vínculo muy fuerte con el ex primer ministro que tenía su fuerte en
sectores minoritarios de la colectividad en Buenos Aires. Su mayoría, de
pensamiento democrático y profundamente progresista, se inclina a enfrentar al
macrismo para consolidar el Estado de Derecho. La Bullrich hizo su última
puesta en escena en Formosa, contra la gestión notable del gobernador Gildo
Insfrán ante la pandemia. Usó medios de comunicación, “grupos” violentos de
Buenos Aires y Córdoba y fue a actuar en zona de frontera. La resolución de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que mostró el armado de una nota
con presuntas embarazadas secuestradas “por las cámaras” en el monte formoseño,
hecho adjudicado a Insfrán, era falso, dejó ver una vez más un accionar patotero,
unido siempre a estilos de la ilegalidad de la dictadura de 1976.
Vidal se sostenía en un intento de renovación propulsada
desde el llamado “Círculo Rojo”. Desde que Macri asumió la presidencia a fines
de 2015, la Vidal, que traía en ancas a Horacio Rodríguez Larreta y jugó a lo
que asume ahora: ser la preferida del círculo de los poderosos.
En 2017, Vidal fue parte principal de un
encuentro secreto realizado en el Llao Llao de dirigentes, convocado por el
círculo Rojo. Lo realizó el empresario Eduardo Elztain. Para confirmar esta
información, hay que leer a un diario histórico de la oposición. Se trata de
“La Nación”, la de los Mitre, Bartolomé descendiente, era entonces su director.
“El encuentro secreto de María Eugenia Vidal y los principales empresarios del
país”, era el título que llevaba una bajada explicativa: “La reunión exclusiva
en Bariloche tuvo como figura central a la gobernadora bonaerense”. Explicaba
el diario mitrista el 2 de mayo de 2017, que “La periodista Florencia Donovan
contó en Mesa chica los detalles de la reunión secreta que se llevó a cabo
en el hotel Llao Llao de Bariloche entre la gobernadora bonaerense María
Eugenia Vidal y los empresarios más importantes del país.” Y a seguido, contaba
que el evento había sido organizado por “Eduardo Elsztain, del grupo Irsa, y
como invitados estuvieron los empresarios más poderosos de la Argentina y un
grupo de políticos”. Los políticos eran, entre otros, la propia gobernadora
bonaerense, Rogelio Frigerio, entonces ministro del interior y Juan Manuel
Urtubey, gobernador de Salta.
“La Nación” siguió exponiendo que «Vidal dejó
obnubilados a los empresarios», contó Donovan y agregó que, entre el auditorio,
la mitad se inclinaba por «Vidal 2019» y la otra por «Macri 2019». Lo cierto es
que, con picardía, antes de finalizar el encuentro de “ordenamiento empresario”
se hizo una encuesta presidencial con vistas a 2019, que daba ese empate en las
intenciones presidenciales de ambos. Quedaba claro así, que el Círculo Rojo
tenía un candidato, y no era otro que María Eugenia Vidal. No Macri, no
Rodríguez Larreta ni Bullrich. Y ese horizonte, que hoy se sostiene con el pase
de la Vidal a Caba para no repetir en provincia una derrota por 20 puntos, a
los fines de iniciar el camino de la depredadora de la salud y la educación, a
la candidatura presidencial en 2023.
El 17 de agosto de 1997, el mismo diario “La Nación”, nota de Luis Cortina, explicaba que “El socio argentino del magnate húngaro-norteamericano George Soros, Eduardo Elsztain…”, exponiendo con nitidez cuál era el nexo de la movida que encaraba el Círculo Rojo. Decía “La Nación” que “mientras la Argentina siga funcionando bien continuará invirtiendo ilimitadamente en el país”. Lo ilimitado era el macrismo y ya no está.
¿Qué trole hay que tomar?
“Se
afirmó el liderazgo de Soros en shoppings”, había titulado el mismo matutino el
2 de octubre de 1997, marcando el estricto seguimiento mitrista del grupo que
acentuaba su vínculo con el país. Recientemente, el sitio empresario
“iProfesional”, daba cuenta de la presencia de la Vidal en Wall Street donde se
confesó ante el poderoso cartel. Los Wall Street según la nota del 16 de junio
pasado, de Leonardo Gabín, “Dejaron un crudo
diagnóstico de la economía para los próximos años, quizás pensando en la
hipotética «herencia» que recibirán de Alberto Fernández en 2023, y
escucharon críticas por parte de la comunidad financiera internacional que
otrora apostaron por Cambiemos y se vieron defraudados. Hubo espacio,
incluso, para cierta autocrítica y promesas de -ahora sí- formar un frente que
no excluya al peronismo desencantado”. La Vidal sacó el frente de la galera
ante las críticas, no porque fuera una formulación de su alegato. El medio
informó que “Vidal y Lacunza se juntaron con más de 60 fondos de inversión.”, y
reveló un reconocimiento, a puertas cerradas: “los enviados de
María Eugenia Vidal les dijeron a los inversores que la herencia que se está
gestando a partir del 2021 es peor que la que dejaron ellos en el 2019”. ¿Cómo,
no era un mundo maravilloso el que dejó Mauricio?” Lo cierto es que el encuentro,
acabó en la incertidumbre que proclamaba el macrismo, del tipo de “estás
desorientao y no sabés, que trole hay que tomar para seguir”
Así las cosas, lo que se observa es que el
macrismo llega a las elecciones de medio término, sin saber quién es el líder,
lo que exigieron a Vidal los Wall Street, con Macri en caída porque sostienen
algunos de sus amigos cercanos, de bolsa llevar, que no se le permitió acceder
a una banca y a su vez, está siendo abandonado por sus amigos políticos,
algunos de los cuales se pasan con Horacio. Jorge de Vicente López, su primo,
queda afuera de las elecciones de medio término como Bullrich (herida en las
heridas del neoliberalismo) y otros. Los días son tan difíciles luego de que
Wall Street haya destratado a Vidal y la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, le haya rechazado a Bullrich ganar algo en Formosa. Por cierto,
parecen tener ya en el presente, un futuro de impenetrables.
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