LA DEUDA NO ES LA DEUDA: SE DISCUTE SI SE SOSTIENE UN RÉGIMEN JURÍDICO GLOBAL QUE LEGALIZA EL SAQUEO, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*
Alberto lo dijo una y otra vez: hicieron el default pero no lo
anunciaron. Si él lo hiciera ahora, no sería por la responsabilidad de la deuda
sino por dar punto final a la comedia de Macri. “Ancho
camino de fuga callado tiene que ser”, decía Yupanqui en “Sin
caballo y en Montiel”. Ahora cuando los fondos buitres intentan, al borde de la
desesperación, sostener los acuerdos usurarios y el gobierno dice que no,
transpiran porque el escenario de la negociación es mundial y se ve en todas partes. Para
quienes están acostumbrados a la estrategia de Drácula, la luz es un ámbito de
temer.
El macrismo, en tanto, inventa situaciones falsas. Cacerolazos
que fracasan, movilizaciones contra el comunismo que no existen, difunden al
impresentable capitán Kid Bolsonaro, llaman a romper la cuarentena para que las
víctimas caigan sobre el gobierno. Rodríguez
Larreta juega a acompañar y pone palos en las ruedas. No
atender las villas, dejar los geriátricos a la buena de Dios, no dar agua a las
villas, es parte del juego.
LOS TRES USUREROS
Tres grupos de buitres al acecho, Comité Argentino de
Acreedores, Exchange Bondholders y Grupo Argentina Ad Hoc, han enviado su
propuesta para la negociación que se acaba el viernes 22 de mayo. El Gobierno
argentino ya tiene sobre la mesa contraofertas de sus acreedores. Desde
Economía dijeron que se encuentran estudiando las “propuestas y sus
implicancias para el objetivo de restaurar la sostenibilidad de la deuda
pública”. Antes de eso, Martín Guzmán hizo una videoconferencia con el Consejo
de Relaciones Exteriores de Nueva York, think
tanks gringo en el norte. Sollozan que el período de gracia
que propone Argentina, tres años en los que no se pagarían ni capital ni
intereses para permitir resurgir la economía, es “uno de los aspectos más
críticos” de la negociación con esos poderosos en retroceso de mercado.
Hay que recordar que hace dos años, lo hacen los especialistas
que encaran bajar la autoestima de los argentinos, el dólar salía 20 pesos y el
macrismo lo reventó al punto que el oficial está en 67 pesos y el usurario sube
y presiona a los incautos y alguien más, y anda por las nubes, aunque no
funcione.
El macrismo comisionista, el servisperiodismo que hace caja con
la especulación, gimen cuando escuchan hablar de tres o cinco años de gracias.
Hay una impresión que
data de algunos siglos. Allá por los años cien de nuestra era, el poeta
latino de origen hispano, Marcial,
estableció con sabiduría que es deudor quien paga.
Administraba la ley, en esos días, el imperio
romano.
Ahora son otros los
imperios pero ese saber continúa. Saben los poderosos que las
condiciones del mundo están mutando. En un año, los acuerdos
harán subir a nuevos actores al escenario de las decisiones. En cinco, puede
ocurrir lo que avizoraba el poeta: será deudor quien pague porque el mundo será
otro. No habrá, suponen los estudiosos, una divisa rectora y así los valores
(en economía son nada más que el precio) serán otros. No favorecerán, en
términos de especulación justa, a los usureros
del poder corporativo que es posible habrán retrocedido en
los términos del nihilismo que los impulsa.
Guzmán busca un acuerdo sostenible y se declaró flexible. Los
buitres y sus socios macristas prefieren que lo sostenible sea, como en el caso
de los equilibristas, sobre “la cuerda floja”, para que algunos cambien y
aparezcan las patricias de los Bullrich a hacerse cargo de desguazar el Estado.
El default, afirmó el ministro, “sería una muy mala señal para todas las
economías emergentes”. Para la Argentina es posible que sea nada más que el
anuncio que calló el hijo de Franco porque a esas horas cargaba las bolsas de
la fuga.
Los buitres y sus socios macristas prefieren que lo sostenible
sea, como en el caso de los equilibristas, sobre la “cuerda floja”.
Los buitres se cargan
millones a la garganta, lloriquean porque Guzmán pide una quita y una gracia,
habrá que sonreír enfáticamente para corroborarla, que baje hasta 40 mil
millones de dólares. Dado que se trata de dinero en papeles que compraron con
monedas, sin invertir, sin desgastar sus manos a pura apropiación de acciones y
esfuerzo de los otros, el Presidente señaló con
sabiduría que no van a perder dinero y pide que “sólo ganen menos”.
Algo que no entra en la razón y el absurdo de los avaros.
Y hay un problema que puede adelantar consecuencias. Buenos
Aires provincia debe poco más de u$s 7 mil millones y tiene impagos dos
vencimientos por $113 mil millones. El 26 se define si pagan o defaultean.
Siempre, como dicen los viejos pueblos, hay que tener en cuenta que el problema
de la deuda es de quien debe cobrar, no de quien debe y la
deuda es una creación de piratas que sostienen un sistema jurídico medieval.
¿Cuánto dinero prestaron
a la Argentina los buitres para que se les deba tanto? Ni un peso. Entonces,
dado que esa deuda fue impuesta sin la aprobación del Congreso por piratas
(Dujovne, Mauricio, los Caputo, etc.) que van prendidos de su cobro, lo
que hay que hacer es poner en cuestión el sistema jurídico en que se sostiene.
Así, la suerte de esos cobros va de la mano de lo que decida el Gobierno
nacional y no estaría mal, por ejemplo,
hacer una consulta popular al respecto. Tomadas las cosas de
este modo, no se trata del principal problema del gobierno.
Se puede observar en esta argumentación, que hay un viento de
transformación, y Argentina tiene en ese plano un mensaje para los pueblos del
mundo:
Decía el General Perón: “Vamos a conquistar la riqueza con
nuestro trabajo y, si es menester, con nuestro sacrificio, pero no recurriremos
al usurero”.
Eso es lo que hay que
hacer en más para acabar con esa mafia depredadora.
*Escritor, periodista, historiador.
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