Desde antaño, el
ser humano ha buscado la forma de transmitir a través del tiempo, su valiosa
herencia cultural y sus conocimientos, y a su vez, preservarlos. Sus orígenes
son un tanto inciertos, aunque estamos seguros que su presencia, se manifiesta
en nuestros antepasados de la prehistoria cargado de simbolismo, enseñándonos
su cacería y estilo de vida.
El libro, del latín
liber, en su definición, no es más que una obra impresa en una serie de hojas.
¿Esta insulsa concepción, continúa vigente en la actualidad para el individuo?
Muchos consideramos
a los libros una verdadera ventana al mundo, y a otros mundos, un sin fin de
experiencias que nos enajenan de la realidad y nos permiten lograr una
metamorfosis cognitiva, afectiva y hasta social.
Los libros, que en
diferentes épocas han sido héroes o víctimas, hoy representan la base
fundamental de una cultura que se desarrolla constantemente a pasos
agigantados, un desarrollo que no es solo de conocimientos, sino de reflexión
del ser.
“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin
pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se
refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”.
Jorge
Luis Borges.
*Estudiante de Historia; de Tec. Agronegocios;
militante político.
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