El
Bistró Bar AN-GO-LO, de Flavia Latina, organiza los sábados, la posibilidad de
bailar tangos y consumir empanadas, para
lo cual, el piso de su terraza, se viste de madera, y los
comensales-bailarines, disfrutan de una velada alemana, aunque con espíritu
argentino.
El
tango, esas convocatorias, sólidas, intensas, de pobladores alemanes deseosos
de experimentar un género particular de sonidos, su danza, justamente en la
ciudad que vio nacer al bandoneón, instrumento fundamental para expresar los
sonidos ahora globales, bellos del género musical. Esa pasión por el tango en
la ciudad de Krefeld, suscita el resumen
en miniatura del sonido universal, de música que es cultura, y constituye también
el umbral de Argentina, presente en el mundo.
EL ABRAZO TANGUERO
En
esa pasión, se encuentra omnipresente el abrazo, ese acto humano que permite
encontrarse con individuos ignotos, pero que el ritmo y el acto corporal,
permite acercarse. “Abrazo a personas
desconocidas, que de otra forma que no fuera bailando el tango, no haría”, dice
Flavia a CULTURA Y REGIÓN. Es verdad absoluta, que en el instante de
acercamiento entre bailarines, entre milongueros, se producen sensaciones,
incluso diversas, como la expectativa amorosa; el fraternal encuentro cuando
ambos están lejos de un amor mutuo; el compromiso, como mínimo de orden
amistoso ó emocional; el momento de dar rienda suelta al placer de la propia
danza, y si el compañero/a, acompaña con lo positivo de su persona (feeling),
mucho mejor; también es misterio, no se sabe lo que vendrá, aunque los
danzantes sean disímiles en distintos aspectos.
Flavia,
no sólo lo encierra esas sensaciones en palabras, también lo abre con la acción;
las fotos lo evidencian. Queda claro: el tango particularmente, se baila con un
abrazo íntimo. En esa distancia inexistente de los cuerpos tangueros, en que se
unen dos cauces de humanidad, con historia, con futuro, pero especialmente con
el presente de esa danza, que hará olvidar el contexto.
CULTURA, AN-GO-LO
El
tango, es danza, cultura, interacción entre los pueblos. No hay economía, ni gobiernos,
ni diplomacia, ni regiones políticas, existe claramente un ánimo de seleccionar
un dispositivo universal de la cultura de los pueblos, que es la interacción de
las costumbres. Se trata de cómo concebimos la música, en este caso, en un
espacio del planeta, tan alejado del lugar de sus orígenes, pero que es asumido
por otros territorios y personas, tan distantes, que aún así pueden tener
gustos similares, por danza y sonido.
Y
la estética del baile, está presente siempre. El amor por la danza, se parece
en los seres humanos, que sólo tienen en cuenta el sonido, la armonía, el
ritmo. La ciudad de Krefeld, y el Bistró Bar AN-GO-LO, de Flavia Latina, son
capaces de exhibir esa armonía de los cuerpos, la sensualidad que puede mostrarse,
tanto rioplatense como alemán, en la tierra de Heinrich Band. Las diferencias
del baile tanguero, sólo pueden estar en la genética de quien lo cultiva, pero
no en el placer de brindarse las posibilidades del 2x4, así sean de los
clásicos Pugliese/Troilo, ó el más vanguardista Piazzolla.
El
deseo puede satisfacerse un día a la semana, ese sábado soberbio en la terraza
del Bistró Bar, que se viste de gala, con piso de madera, y cielo europeo que
no puede fallar, mientras son también comensales de las empanadas
argentinas-alemanas de Flavia. Por supuesto, que la sonrisa amplia de su
propietaria, no podrá borrarse fácilmente, porque la acompañan los habituales
bailarines, y los fabulosos cuadros y decoración del lugar, habituado ya, a
Kant, a las Escobas globales de Ulla Schreiber, y a las mesas exteriores, que
brindan un atractivo más, a la ciudad de castillos, y zoológicos históricos.
Y
allí se encuentra también, Flavia bailando!! Por supuesto, que no dejará pasar
las ocasiones, para mostrar que su argentinidad, es tan sólida, como la felicidad
del lugar: tango, milonga, empanadas. ¿Tendrá la receta de chipa, y chipa so´ó ? De
cualquier modo, la vuelta al pasado formoseño, la motivado a relatar a CULTURA
Y REGIÓN, las coincidencias humanas, que pueden existir en cualquier lugar del
planeta.
Tango
mediante, están ausentes las ideologías, las exigencias ambientales, el rigor
del poder, y la convivencia de géneros. Flavia Latina, supo mostrar en Formosa,
en su juventud, su rol transgresor, tanto en la familia, en el colegio, en la
universidad, en la poesía. ¿Cuáles normas asistirán su estilo, hoy? De
cualquier modo, las fronteras de cualquier orden, son permeables para la
cultura, la música, la danza, y las normas quedan invisibles, por debajo de los
ritmos y armonías, en cualquier lugar del mundo, que se escuche.
El
bandoneón, instrumento que Heinrich Band, creó en Krefeld, viajó hasta
constituirse en fundamental en el Río de la Plata. Esos genes, quizás, hayan
permitido el viaje del tango, en un sentido inverso, es decir, América Latina hasta
Europa. Este fragmento de cultura que nos ofrece Flavia Latina, desde AN-GO-LO,
a quien agradecemos, torna homogéneo el deseo humano, de asir y ofrecer la
cultura en cualquiera de sus aspectos, y en todo lugar que la mente y el cuerpo
se muestren abiertos al futuro.
CULTURA
Y REGIÓN, Formosa, Abril de 2020.