De pie ante nuevos escenarios
mundiales
Macri destruyó 29 mil pymes y ahora aboga por no herir a la
producción. Luego de producir 88 mil millones de dólares de fuga y más de 300
mil millones de deuda externa, regresa ofertando falsas opciones. ¿Le exigirá
el FMI que rinda cuenta por 30 mil millones de dólares que fugó? El país sí.
Quebrado, su movimiento corporativo político como Kissinger, muchos de sus
hombres llegan a la espera de que el Estado cubra las pérdidas. Alberto
Fernández conoce el paño con que camina, sabe que al conducir hay gente de toda
laya en el entrevero donde se cocina la transformación.
La idea de conducción que adopta Fernández tiene una verdad
severa en su hacer: las leyes que exige el camino no siempre están escritas, a
muchas de ellas las debe descubrir durmiendo poco y escuchando a quienes le
aportan ideas para su síntesis. Su labor no da respiro y él aprende a respirar
para encontrar el rastro sobre el que diseñará la escritura de sus nuevos
pasos.
La hora de la transformación
Alberto sabe que si se logra un orden, no es para perpetuarlo
sino para facilitar su transformación. La quebrada oposición globalizadora
precisa herir esa realidad que una vez puesta a bailar con la más fea, encontró
el modo de rumbear al horizonte. Alberto sabe que ser presidente es a pura
responsabilidad sobre sus hombros. Tiene el apoyo mayoritario de los argentinos
y a su vez, navega sobre la soledad de los que conocen su misión.
En una de las misas de Semana Santa, el Papa Francisco expresó:
“Recemos hoy por la gente que en esta época de pandemia hace comercio con los
necesitados. Se aprovechan de las necesidades de los demás y los venden: los
mafiosos, los usureros y muchos otros. Que el Señor toque sus corazones y los
convierta.” Dijo también el Papa: “La
explotación humana consiste en vender al prójimo.” Y reconoció la labor de
presidentes como Alberto que privilegian priorizar
la vida y no el falso “dios dinero”. “Oremos hoy por los
gobernantes, los científicos, los políticos, que han comenzado a estudiar el
camino de salida, la post-pandemia, este después que ya ha comenzado”,
explicitó.
En 1927, Mao Tse Tung explicó cómo funcionaba el sistema: “Los campesinos tienen real necesidad de cooperativas, sobre todo de
cooperativas de consumo, de compra y de crédito. Cuando compran artículos, los
explotan los comerciantes; cuando venden sus productos agrícolas, los estafan
los comerciantes; cuando piden dinero o arroz prestado, los explotan los
usureros.”
Ese
es el sistema de los bancos y prestamistas que se instalan en Once y
Constitución y ofrecen créditos para estafar a los necesitados. Recordemos que con
Macri, las tarifas de servicios públicos aumentaron hasta un 3.000 por ciento.
En Europa, el filósofo italiano Paolo Floresd’Arcais explicó cómo el
neoliberalismo destrozó a Grecia: “hemos
cometido un error clamoroso cuando fuimos a Grecia y les dijimos que si
querían dinero debían recortar el estado del bienestar. Debían
buscarlo en la evasión fiscal de los grandes patrimonios. Holanda, el país que
más se opone a los bonos, es el país donde van las multinacionales para
pagar menos impuestos.” Ese sistema va en caída.
Hoy, lo que sucede en Argentina tiene eco, miradas que descubren
que se trata de un país de historia singular y de esperanza viva
Médicas y médicos, enfermeras y enfermeros, auxiliares de
hospitales, investigadores que luego de ser arrojados a las calles, vuelven
sobre sus pasos y descubren el genoma del virus, mujeres que preparan comidas
para comedores, miembros de fuerzas de seguridad y fuerzas armadas en la calle,
funcionarios de gobiernos en acción. Por eso, es necesario levantar la
autoestima porque aún en la adversidad, hay una reserva responsable en los
argentinos, que se expresa en los actos silenciosos y en la conducción del país
que Alberto Fernández ha asumido con la convicción de que vamos a superar el
trance histórico.
Las medidas de la época
Se habla de una inminente recreación del IAPI, una readecuación
para que sea el Estado quien determine las reglas y la ejecución de
exportaciones e importaciones. Así se logrará ganar espacio en el blanqueo del
contrabando de los pools de siembra y el petróleo, que fugan al no haber
declaración jurada fiable. Acabaría, además, con el tráfico de estupefacientes
que exportan puertos santafecinos. Los pools, como se ve, no venden solo soja.
Al mismo tiempo, se habla de cobrar impuestos a las grandes
fortunas que, en su totalidad, alcanzarían el 20 por ciento y
comenzarían con una etapa gradual de generación de divisas por ese medio. Como
ministro de Hacienda, Carlos Pellegrini impuso en 1905, el 7% sobre las
utilidades y dividendos de los bancos particulares y sociedades anónimas no
radicadas en el país. Aumentó los derechos aduaneros de los artículos de lujo.
Lo importante es que este camino se consolide y se impida que las
corporaciones descansen en el Estado para licuar sus deudas y así pasar el
pago al pueblo, y luego, terminado el “período estatista”, retomen el control
de las empresas para continuar con el despojo. La decisión precisa de estar
bien parados en el nuevo escenario mundial. Ese es nuestro desafío.