Ya no estás
ocupando los instantes
de la vida
cotidiana que me apresa.
Ya no estás y
es difícil aceptarlo
pero aprendí
a vivir sin tu presencia.
Ya no está tu
pasión que desbordaba
toneladas de
amor, duda y misterio.
Ya no está tu
palabra dibujando
en el aire
una promesa y un silencio.
Sin embargo
te quedaste en lo infinito
del amor de
cada uno de mis versos.
Te perpetuaste
inmaterial, inalcanzable…
y estas en mí
como el fantasma de mis sueños.
Todo habla de
ti, todo te nombra.
Todo tiene el
sabor de tu recuerdo.
**Escritora, poetisa. Profesora en Letras.