Tristeza, aún a
kilómetros y muchos años de distancia. Acaba de fallecer Alcira Argumedo. Fue
mi profesora en la cátedra Historia Social General. Mi segundo año en la
Facultad de Filosofía y Letras. UBA. No estaba al frente de mi comisión de
Trabajos Prácticos, pero se apersonaba en varias ocasiones, y acompañaba a la
profesora de esa comisión.
Algunas veces se
sentaba en el escritorio. Así, era su forma corporal de horizontalizar el
proceso enseñanza-aprendizaje, no solo por ello, sino por su propia prédica en
los contenidos, de los cuales nosotros mismos, alumnxs, podíamos participar.
Democracia activa en el aula, pero también estimulando la actitud crítica: de
los textos, de la ciencia, de la vida.
Alumnxs y docentes,
en igualdad, solo remite –ayer y hoy-, a la acción educativa con dignidad. De
lo contrario, el docente puede establecer una relación tal, que reducirá al
Otro a la condición de objeto. De allí, a la humillación del alumnx, existe muy
poca distancia.
Alcira Argumedo, en
el poco tiempo que la conocí, fue empática con los alumnxs, en toda instancia.
También parecía poseer cierta firmeza en las breves interacciones, algo que exhibió
taxativamente en su carrera política.
Leo hoy el testimonio de Albertina Carri (https://www.pagina12.com.ar/339301-esa-mujer-que-me-salvo-la-vida),
a quien adoptó siendo adolescente. En
su relato, se aprecia la misma horizontalidad, que evidentemente llevaba
consigo. Y la propia pulsión que evidentemente poseía: “Porque esa dimensión humana es una de las potencias vitales que hacen
de la muerte un imposible”, escribe Albertina, su hija de la vida
militante.
El titular de
Historia Social General, era su esposo Gunnar Olsson, quien detrás de la barba,
exhibía toda la cabal intelectualidad de puro conocimientos, evidenciado por
ejemplo, en un Programa de cátedra de 35 páginas. Él, se fue joven. Y Alcira
Argumedo, por fortuna pudo continuar con el compromiso con sus ideas, con la
Patria. También con Latinoamérica, de la cual en Los silencios y las voces en América Latina, sostenía que en esta
región “el antagonismo es de proyectos
neocoloniales concentradores y fuertemente excluyentes, frente a los proyectos
de soberanía nacional y continental, de integración social, étnica y cultural,
con consensos mayoritarios y una amplia participación, como procesos endógenos
asentados en la trama histórica de cada país.”
Fue consecuente con
esa idea, hasta el final. Su trayectoria política y cultural es muy conocida.
Tristeza, porque no habrá ninguna igual.
Hasta la Victoria
Siempre, Profesora Alcira Argumedo!
*Sociólogo.
UBA. Docente en UNaF.
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