Ni un minuto antes, ni un minuto después
Con precisión
de cirujano, tratándose de un asunto relacionado a la medicina, el Presidente
observó la escena, analizó los sucesos y actuó con rapidez. La celeridad de su
respuesta le dio una calidad política insoportable a su decisión. La historia
está para abonar esta postura ante hechos que son presente, e irán a su ámbito.
Pero esa reacción frente a un episodio consumado es en cierto modo semejante en
propios y ajenos.
Por otra parte, a ellos no les preocupan los
privilegios, los practica y los impone, lo que les interesa es desgastar al
gobierno para hacer una regresión al neoliberalismo cavernario de 2016.
En el gorilaje macrista, para el que no existe
ni la historia, ni la ciencia, sino la acumulación usurera, ser sorprendidos
con la reafirmación de que existe otro escenario histórico político, no se
soporta. En su escasa calidad de generar ideas, salvo el odio, una actitud
política que denota inteligencia, capacidad de análisis para actuar, más
calidad de respuesta frente al pueblo, es rechazada porque ve comprometidos sus
intereses.
En el campo propio, es natural, la decisión del
Presidente no hace sino anticipar que nos avecinamos a acontecimientos que
dejar ver que la transformación se acerca. No en vano, el ataque parece ser una
operación en pinzas para poner en evidencia los errores de Ginés y afectar la
conducción de Alberto. El privilegio de Ginés por Astra Séneca, fue en parte lo
que quedó al desnudo y lo que demandará nuevas decisiones en los próximos días.
Así rifó su prestigio y un pasado de méritos incuestionables.
Ginés fue en las últimas décadas, un puntero
político a la antigua en la CABA. Es posible que haya empleado la metodología
del toma y daca de los punteros de antaño, que hacían favores para que les
devolvieron favores. Por su historia personal como sanitarista, tenía un uso
amplio de sus facultades como ministro y algunos de sus parientes, como el jefe
de gabinete Lisandro Bonelli, ayudaron a acabar con su historia personal. Qué
es lo que repudia, con dolor, el Presidente.
La crisis de Navarro, que tenía razón en su
sorpresa ante el uso de la radio por Vertbisky, y los otros acontecimientos,
sin embargo, no quitan al protagonismo de Alberto, el carácter de trance
principal de lo sucedido. Ante la histeria desatada por los medios corporativos
de desinformación, apuntados a desgastar al gobierno, no pudieron ante el paso
dado desde el Ejecutivo. Ni un minuto antes ni un minuto después.
Ahí vienen los bárbaros
Para el
macrismo tardío, la vida es un escándalo que sucede en un sinfín apabullante
que desacredita a “los otros”, y un remedo que representa a su absoluta
capacidad creativa. No en vano, uno de sus más elocuentes palabreros, Julio
Bárbaro, ahora sometido a Rogelio Frigerio en Entre Ríos, sostiene ante sus
interlocutores, que el gobierno cae después de octubre. Un remedo de los dichos
de Claudio Escribano en “La Nación”, que luego de la asunción de Néstor
Kirchner en 2003, sostenía en sus páginas de doctrina, que su gobierno caía ese
fin de año. En la lógica del multifuncionario, no se trata ni de decir la
verdad, ni de dar una presunción sobre la base de un sostén de realidad. Se
trata nada más que de generar un clima de incertidumbre que desgaste a una
gestión en tanto se alucina sustituirla.
En Los kenningar, Borges describió al traidor cuando no parecía conocer a ningún
bárbaro de indias: “Dura palabra es traidor. Sturluson – quizá– era un mero
fanático disponible, un hombre desgarrado hasta el escándalo por sucesivas y
contrarias lealtades”. El riesgo de sus movimientos consiste en que logren
adhesiones aunque la soledad abrumadora en la que cabalgan, los hace más
cercanos a la estridencia breve de esos hombres que carecen de credibilidad.
La oposición había acabado cuando se produjo la
crisis de las vacunaciones, con su asedio fracasado a Formosa, donde se trataba
de herir la gestión notable de Gildo Insfrán, que demostró cómo es posible
contener la pandemia, tener políticas públicas, atender las demandas del pueblo
con autoridad. Ese ataque, era exterior e interior. El de las vacunaciones,
también.
Son muchos en el circo mediático, que no
desconoce dramatizaciones, que hacen lo mismo. Sucedió cuando Alberto Fernández
viajaba a México para plasmar una unidad continental con vistas a construir un
eje político regional, a la medida de los cambios que presenta el mundo en la
multipolaridad, la acción contra la vacuna, no es más que un intento de montar
una escena que remita a un mundo que se va. El secreto político de un conductor,
no consiste entonces en irse detrás de esa partida sino de poner la realidad en
términos de las mutaciones en consonancia con el nuevo mapa planetario.
A su regreso, el Presidente deberá, una vez
más, tomar el toro por las astas, reordenar a través de la acción de la nueva
ministra de Salud, Carla Vizziotti, de reconocida labor, el tema vacunas en
donde sea necesario. Y pedir incluso explicaciones a Rodríguez Larreta por el
escaso compromiso con la vacunación, la cesión privada de alguno de sus tramos.
Él está en deuda, no solo por los 80 mil millones de dólares de fuga en cuatro
años, y los 46 mil millones que les entregó el FMI para la campaña política de
2019. Es necesario comenzar a pensar qué se va a hacer con la CABA, una vez que
el reordenamiento del país lo exija para dar por tierra con los privilegios. Y
es necesario pensar en una reforma del Estado para contar con una herramienta
para realizar el camino de la transformación del país, dejando atrás
privilegios, usos cortesanos y manipulaciones corporativas propias de la etapa
neoliberal para alcanzar una democracia plena. No hay que continuar dando
alimento a los cuervos.
El regreso de Alberto Fernández de México trae
nuevas noticias, favorables al camino de la reconstrucción de lo realizado hasta
fines de 2015. Hay que sumar lo que sugieren los cambios en el nuevo. Se hace
vital contar con una comunicación de Estado coherente y una decisión cabal,
profunda y sin temores, cuyo ejemplo es lo que dispuso el Presidente el viernes
19. Eso si, algunas medidas rondarán para muchos, lo insoportable.
*Periodista,
escritor, historiador.
Comentarios
Publicar un comentario