Se vienen los ríos de cemento,
para alardear encuentros,
para prologar los besos.
Se vienen después de tanto tiempo,
con su humo dulce y sus ardores negros.
Se vienen los ríos de cemento.
La algarabía invade a nuestras almas
por el dichoso evento.
Los vecinos ríen con locura.
Los niños bifurcamos juegos.
Cada uno, se alegraba
mirando el cordón negro.
La lluvia trajo agua al barrio,
en ese verano eterno,
Los mitaíses nadábamos, sin culpas,
en los ríos de cemento.
*Del libro Prohibido cruzar la calle. 2020
**Escritor,
poeta, Profesor de Letras.
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