Entonces,
¿dónde se originan estas particulares teorías sobre efectos secundarios de la
vacuna? Nombremos algunas de las más “populares”:
• La
vacuna modifica el ADN.
•Te
introducen un chip para saber todo lo que hacés.
• Modifica
tu pensamiento/conciencia. Y mi favorita…
• ¡Te
vuelve COMUNISTA!
Existe
un anacronismo conceptual equívoco, que refiere a todo lo procedente de Rusia,
una memoria colectiva de antecedentes sobre hechos ficticios impulsados por los
medios de comunicación afines a los intereses de grupos conservadores, una
característica de las costumbres del pasado, del presente y del futuro.
En el
año 1919, luego de una protesta de obreros de la empresa metalúrgica Vasena, en
la provincia de Buenos Aires, se desencadena una serie de eventos que resulta
en una matanza a estos trabajadores. El hecho es más conocido como La Semana
Trágica, aunque es más apropiado llamarlo por lo que fue: La Masacre de Enero.
Bajo el gobierno del presidente radical Hipólito Yrigoyen, y con su
consentimiento, grupos policiales y civiles pagados por los dueños de la
empresa, a los que llamaban rompehuelguistas, abren fuego y una lluvia de
disparos termina con la vida de quienes reclamaban un sueldo justo y la
disminución de las 12 horas de labor. Este sería solo el inicio de una campaña
“antihuelga”, que terminaría con la vida de miles trabajadores.
Con los
medios de comunicación como aliados, se creó una fuerte paranoia en la
conciencia colectiva, a través de comunicados enmascarados de informes, donde
convertían a las víctimas en victimarios, los trabajadores en huelga fueron
nombrados “rusos”. Esto se debe a que hacía alrededor de dos años de la Revolución
Bolchevique, y los soviets obreros y campesinos decidían el destino de uno de
los países más grandes del mundo, un destino inaceptable para la oligarquía de
nuestro país. Esta paranoica imaginación oligárquica se salió de control, al
punto que algunos civiles “patriotas fanáticos”, salieron a las calles en busca
de cualquier persona sospechosa, golpearon a ancianos, mujeres y niños de
diferentes nacionalidades, entre ellos judíos, de los que fueron incendiadas la
sinagoga y bibliotecas en el barrio de Once, Villa Crespo y Caballito. Sobre
este pensamiento extremista, además de los medios de comunicación como La
Prensa, Clarín y La Nación, también influyó la Liga Patriótica Argentina, un grupo
que se había conformado con hijos de la oligarquía más acérrima de la época,
con el objetivo de mantener el orden para la “gente de bien”, incluso habían
reclutado a civiles para su “lucha”, sumando alrededor de 1.000 personas
dispuestas a apalear a los “rusos”.
La Liga
Patriótica Argentina, pronunciaba los elementos fundamentales de nacionalismo
elitista argentino: autoritarismo, rechazo a la inmigración extranjera,
antisemitismo, admiración por las fuerzas armadas, patriotismo fanatizado,
anticomunismo. Entre sus actividades más conocidas se encuentran: ataques a
barrios de obreros, quema de bibliotecas populares, sindicatos e imprentas. Y
la masacre antisemita más grande de la historia argentina y latinoamericana, el
asesinato de cientos de judíos, entre 600 y 1300, un acontecimiento que pasó
desapercibido ya que los medios y el gobierno yrigoyenista ocultaron el hecho
de la noche de terror. El parte policial informaba la muerte de solo 3
personas, que eran policías y se arrestó a 6 judíos que fueron acusados de
ocasionar disturbios y de formar parte del soviet argentino. Cabe aclarar que estos
civiles en busca de sangre y muerte fueron armados por el Ejército y
acompañados por la policía de Buenos Aires, motivados por lo que solamente se
puede explicar como odio xenófobo y racista.
Me
parece importante desarrollar brevemente este acontecimiento y estos actores,
porque de alguna manera explican el actual pensamiento de los autodenominados
apolíticos… y otros (entre otras cosas). Detrás de todo ese nacionalismo
farsante de la derecha, oligarquía, conservadores, terratenientes, se esconden
intereses económicos que trascienden en el tiempo, intereses que están por
encima del bienestar del común de la gente. La batalla actual que debemos dar y
ganar es cultural, siendo menester la incorporación de conocimientos sobre los
orígenes de nuestro país y la divulgación de los mismos. Debe asumirse un
compromiso social en pos de la verdad histórica, no solo para conocer nuestro
pasado como acontecimientos lejanos, sino para comprender quiénes manejan los
hilos y cómo lo hacen, quiénes se esconden detrás del telón y se movilizan por
una desmesurada ambición.
La
Argentina colonial, es un sueño cipayo e imperial vigente, que reaparece con
frecuencia en la vida política del país, cumpliendo un ciclo que parece
interminable, a veces con democracia y otras veces con golpes de Estado, pero
siempre con ayuda de los medios hegemónicos de comunicación.
Debe
reivindicarse la política como herramienta transformadora, en ventura de un
pueblo que a pesar de su corta edad ha atravesado los peores males de parte de
propios y extranjeros por un afán egoísta; debe reivindicarse la lucha social y
sus conquistas sociales que tantas víctimas y mártires nos han dejado, junto
con un legado de conciencia nacional y lucha digna; debe combatirse toda acción
sistemática de intenciones divisorias, enajenadoras de la realidad y de
propósitos foráneos a los intereses de un pueblo trabajador.
“La oligarquía se inventa un enemigo comunista
para aplastarnos a nosotros, que somos el enemigo real”.
John William Cooke.
*
Estudiante de Historia, Facultad de Humanidades. UNaF.
Militante político.
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