Un relámpago te llevó a otras arenas,
Néstor,
caminante audaz de
vientos duros,
mi corazón es el que
siente ahogo
y sin palabras parece
quedar por un instante solo
como si quisiera estar
con vos en un suspiro
donde las ausencias
respiren una vez más
tu palabra, tu paso, tu
mano
en cuya palma
siempre llevas un
aliento de pan para el necesitado;
Llaman, Néstor, claman
de dolor
los hermanos del camino
y van sobre una herida
de barro, inconsolables,
buscan tu mano, tu sonrisa,
tu solidario andar
por los atajos, en los
pueblos de olvido.
¿Dónde está, Néstor?
un relámpago lo llevó a
otras arenas y ahí anda,
presente en nuestro
dolor con su voz de muchacho
y su sonrisa de pueblos;
una niña le apresa una
palabra y la guarda en su bolsillo
anónima, desesperada
como un dije
que desdice las
ausencias;
allí hacen una casa las
manos de los otros
y desnudan una lágrima,
la comparten
desdeñando las míseras
condenas
de los años
viejos.
¿Dónde está Néstor?
un relámpago lo llevó a
otras arenas y ahí anda,
entre los trabajadores
de los puertos perdidos en los mapas
y las turbulencias de
los ríos donde navega
su ilusión prepotente,
su luciérnaga de nieve,
ese encuentro de
padeceres y lluvias
que hacen de una mujer y
un hombre, un semejante,
con la dignidad
insolente
de un árbol de futuro
enramado.
Frente a los que dividen
la miseria
multiplicaba panes
frente a los que
derrumban paredes
alzaba una multitud de
puertas y ventanas
donde pudieran mirarse
los pobres
con la altiva dignidad
de un amanecer
con un mate, un pedazo
de pan y un libro abierto.
¿Dónde está Néstor, mi
amor?
¿Por qué me arranca un
grito si me dicen que ha muerto,
si es presente todo este
dolor que no alcanza un final
porque no quiere
abandonar su mirada
en una voz que lo
repite, una vez y otra?
¿Dónde está Néstor?
un relámpago lo llevó a
otras arenas y ahí anda,
está en Cristina,
doliente, abrumada
porque partió su amor y
hay que buscarlo, hallarlo
devolverlo a su lugar
secreto,
de pie como las laderas
de los cerros
que allá en el sur los
proclaman,
rodeada de los cálidos
brazos
que se arraciman en el
dolor
cuando hay que partir
otra vez a las arenas
donde la voluntad es
nuestra,
es la flor que lleva en
su huella
abruptos quehaceres de
lejanías
que acercan a los pueblos
en un encuentro de
silencios que claman.
¿Dónde está Néstor?
un relámpago lo llevó a
otras arenas y ahí anda.
Barracas al sur, 27 de octubre de 2010
Comentarios
Publicar un comentario