MARIO CAFIERO, UNA PÉRDIDA IRREPARABLE, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*

 Mario Cafiero fue un hombre de fe profunda que a cada paso de su vida dejó la señal de una persona íntegra, dedicada a dar servicio a sus semejantes. Su muerte, a los 64 años, deja en el dolor a su familia, sus compañeras y compañeros del peronismo, y a miles que supieron de su entrega y su convicción en cada acto en el que estuviese involucrado.

 Desde diciembre pasado, se había hecho cargo del INAES y era habitual para él viajar a diferentes provincias para atender lo relativo a cooperativas y entidades a las que asistía el organismo. Su esposa Amalia, sus hijos, sus hermanos, parientes, amigos y compañeros viven horas de profunda zozobra en razón de su conmovedora humanidad. Su muerte en la ciudad de La Plata, donde se lo atendía luego de una recaída en una dolencia que le demandó años de atención, deja un vacío enorme en la República.

Mario había nacido en San Isidro, provincia de Buenos Aires, el 21 de enero de 1956. Era ingeniero industrial de la Universidad de Buenos Aires, y fue asesor de la vicepresidencia segunda de la Cámara de Diputados, entre los años 1985 y 1987. Cuando su padre, Antonio, de quien se recordaba este sábado su natalicio, fue gobernador de la provincia de Buenos Aires, entre 1987 y 1991, se desempeñó como Secretario General de la gobernación. Posteriormente, fue presidente del Ente de Administración y Explotación de la Zona Franca La Plata entre 1994 y 1997. En su gestión fue siempre transparente y era común en los años de la gobernación bonaerense, que mantuviera conversaciones con su padre en busca de acabar con privilegios y toda clase de abusos.

Era presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), del Ministerio de Desarrollo Productivo, y vicepresidente del Movimiento Proyecto Sur. Junto al joven politólogo Juan Godoy (autor de “La Forja del nacionalismo popular”), Mario Cafiero dejó inédito un libro acerca de la pertenencia de las Islas Malvinas a la Argentina. En el mismo, reafirma una hipótesis novedosa que seguramente va a ser aplicada en los años próximos, respecto de la pertenencia de las mismas a Suramérica. El título tentativo del trabajo es “Las Malvinas son argentinas y suramericanas. El proyecto inconcluso de las Provincias Unidas en Suramérica”.

Mario era un seguidor profundo de las ideas históricas del peronismo y el aporte del Papa Francisco en la hora actual del mundo. Hermano de Juan Pablo Cafiero, que fue embajador argentino en El Vaticano, pertenecía a una familia forjada en el peronismo, parte de su historia grande. Estaba casado con Amalia Zillie, y era padre de Magdalena, Belén, Lucía, Alejandro, Amalia e Hilario, que hoy lloran la irreparable pérdida.

 Escritor e investigador

Fue, además, diputado nacional del Partido Justicialista bonaerense desde 1997 a 2001. En las elecciones de 2001, fue candidato a diputado por el mismo distrito por el ARI. En esa gestión, Mario Cafiero denunció la fuga de capitales de entidades bancarias en el denominado corralito durante el gobierno de Fernando de la Rúa y Chacho Álvarez. Investigó con Javier Llorens esos temas en los libros “Los ruinosos canjes de Bonos Brady”, “Megacanje de bonos de la deuda externa argentina”, “La deuda externa vinculada a la fuga de capitales” y “El vaciamiento del sistema financiero argentino I y II”.

Se trata de análisis minuciosos que son centrales a la hora de reflexionar sobre las fugas de capitales que alcanzaron picos máximos en el período del macrismo. En 2005 fue candidato a senador por el frente MST-UNITE y nuevamente, en 2011, se presentó como candidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires por el partido Proyecto Sur.

Fue un incansable militante y en virtud de esos valores, Alberto Fernández lo convocó a formar parte de su equipo de gobierno. Su pérdida es enorme y el dolor se irradia hoy a lo largo y a lo ancho del país porque existía un profundo afecto a su persona que hoy se extiende como reconocimiento a su familia y sus seres más cercanos.

  *Periodista, escritor, historiador.