Animales que conspiran
Eduardo Duhalde lo anunció en el programa
de Luis Novaresio, espacio de acción del macrismo residual. En abril de 1988,
el dirigente bancario Juan José Zanola, lanzó en torno del Instituto de
Servicios Sociales Bancarios (entidad de servicios a los bancarios que liquidó
el menemismo), unos volantes en los que anunciaba la toma del ISSB el 2 de
diciembre de ese año. En gobierno y en la entidad se preguntaban a qué se debía
un anuncio semejante ocho meses antes. Un asesor de prensa de ese organismo
dijo que el mensaje era un acuerdo no explícito con un sector militar. Los
hombres de Alfonsín rechazaron de plano la sugerencia y la consideraron poco
menos que un disparate.
El 2 de diciembre de 1988, el coronel Muhamad Alí Seineldín
hizo un frustrado intento de golpe de Estado con un sector carapintada. El
asesor de prensa cuyos argumentos fueron rechazados, tenía razón. Zanola jugó
con Seineldín y luego lo dejó sólo. El intento fracasó. Hoy, si Duhalde va a un
programa interesado en que se diga algo semejante (¿por qué no lo dijo en C5N o
en canal 26) es porque tiene al menos vínculos, con algún sector interesado en
reflotar la técnica del golpe de Estado. El ex demócrata cristiano devenido
peronista por razones de poder, tiene la ilusión de volver a estar en los
primeros planos.
El escenario nacional ante el cual ensaya golpismo el ex
presidente, es el de un gobierno de Alberto Fernández que en el plano
internacional, gana en la reformulación del país. La pospandemia aparece como
una oportunidad que precisa la transformación que exige a su vez, acabar con el
poder irracional, en términos de tiranía del ejercicio del mismo, de la
Justicia, los formadores de precios, las corporaciones financieras y otros. El
tema de hoy es la justicia. El PJC, poder judicial corporativo, se niega a
aceptar el ejercicio democrático, una reforma que elimine el poder macrista que
se expresa en Comodoro Py o en la Corte, donde manda un Ceo corporativo y
acompañan personajes del poder sin límites, un caso: Ricardo Lorenzetti.
Hay que unir a este aspecto, la crisis de los Estados Unidos, quebrado entre oligarcas industriales nacionales y globalistas en retroceso, que vienen de perder la iniciativa de hacer la guerra en África y Asia para sostener a las mayores riquezas del planeta.
Musk no masca vidrio
Hace
unos días, el poderoso empresario sin escrúpulos Elon Musk, ligado al litio
boliviano por sus intereses, expresó previamente lo que luego reprodujo el
infortunado Duhalde: al referirse al golpe de Estado boliviano, donde el sector
globalista norteamericano actuó ligado al narco colombiano. Hoy se sabe que la
presidenta Añez está en pareja con un colombiano de las huestes de Álvaro
Uribe, que bien pudo ser el nexo con Musk y sus aliados.
“Daremos un golpe de Estado a quien queramos”, dijo
Musk sin asco. Musk quiere para él el litio y se estima que apoyó la caída de
Evo Morales a quien derrocó un golpe de Estado que hoy hace agua. Su empresa es
la mayor fabricante mundial de autos eléctricos. Ahora Duhalde acepta para su
lugar en la historia, hacer seguidismo de los globalistas. Entonces se puede
especular con que su publicidad de un golpe que no estaba en los papeles de
nadie, sea la firma pública de un acuerdo que no se hace público.
Duhalde fue violento en sus afirmaciones porque luego de
anunciar el golpe de Estado, que sería contra el gobierno de Alberto Fernández,
adelantó datos acerca de cuándo podría realizarse. ¿Saben lo ridículo que suena
que piensen que va a haber elecciones? No va a haber elecciones, porque Argentina
es la campeona de las dictaduras militares”.
Si bien hace casi 40 años que no hay golpes en el país, el ex
gobernador bonaerense apeló a un argumento macrista. Si ellos sueñan con la
Argentina de 1930, Duhalde se suma recordando un proceso que se inició en esa
fecha y acabó en 1983. Es decir, que para afirmar que el país es golpista,
salvo que padezca la dolencia que difunde el famoso gánster Al Zheimer, se pegó
a los deseos del hombre de la Costa Azul que teme el rigor del Estado de
Derecho apelando a fuga y misterio.
Según se desprende de estos anuncios a los que el conductor
de los animales que conspiran se unió entusiasta, se realizan no ya golpeando
las puertas de los cuarteles, sino de embajadas y despachos de Ceos y
cortesanos. Porque, es sencillo apreciar que los dichos del ex vice de Menem,
fueron de una agresividad solo semejante a algunos macristas. Sorprendió su
grado de violencia verbal y nadie puede ignorar que en el continente, Paraguay,
Honduras, Brasil, Ecuador, Bolivia, cuando la Corte no garantizó el poder de
las corporaciones, apeló a una solución o militar o combinada entre poderes. Lo
curioso del hecho es que Duhalde se ofrece como “cabeza de turco” de una movida
golpista, no va de segundo o tercero y él mismo anuncia. Algo lo apremia. ¿Precisa
un lavado y planchado nuevo para su postura política?
Pero Duhalde deja algo para pensar: primero, las
corporaciones consideran que no es suficiente con la justicia corporativa y las
corporaciones. Es decir, el gobierno de Alberto puede hacer la reforma de la
justicia. En estos días al declarar de interés público al espectro de las
comunicaciones, internet, telefonía, y anunciar plan de obras públicas, esos
personeros observan que se viene una recuperación del Estado de Derecho y su
respuesta es más o menos, “si querés un Estado de Derecho, yo te voy a dar un
Estado de sitio”.
Además, es una de las primeras ocasiones en que un dirigente
que pasó por el peronismo, aboga en estos días por un quiebre institucional. En
ningún momento pidió impedir ese proceso, unirse para evitar una ruptura, sino
que pregonó su inminencia. Pobre Duhalde, tan lejos de Dios, tan cerca de
Mauricio y de Musk.
Él también dijo cambiemos: pasó de “estamos condenados al
éxito” a “estamos condenados al golpe”. Y para que algún poderoso lo escuche
afirmó que el descontento (se supone que es el de los que hacen marchas y
gritan contra la cuarentena) “puede terminar en una especie de guerra civil”.
Pudo agregar: y “que se muera el que se tenga que morir” pero ya lo había dicho
Mauricio. Así, eligió un papel oscuro, triste y final. Las corporaciones
siempre mandan a la servidumbre a pasear sus monstruos.
*Periodista, escritor, historiador
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