El Presidente Juan domingo Perón
gobernaba desde su reelección en 1952 y su mandato finalizaba en 1958. Las
burguesías destituyente de la Argentina, mostraban una vez su rostro de odio y
muerte frente a la mayoría de la población; pisoteaban la democracia, la
libertad, y la política. El 16 de Junio, con parte de las Fuerzas Armadas al
frente de esos sectores anti-pueblo, quisieron derrocar a Perón, pero sobre
todo eliminarlo. Reproducimos a continuación un informe de los hechos,
elaborado por la Agrupación Peronismo 26 de Julio.
El 11 de junio de 1955 la oposición al
gobierno constitucional de Juan Domingo Perón (entre los que se encontraba la
Iglesia Católica que mantenía un duro enfrentamiento con el General), realizó
la Procesión del Corpus Christi, utilizando la procesión religiosa como una
manifestación política contra Perón. Las crónicas de la época reseñan que los
activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón (fallecida
dos años antes) e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera
Argentina en el mástil del Congreso. También se quemó una bandera argentina, y se
cantó por primera vez en público la Marcha de la Libertad, escrita contra el
“régimen”. Grupos que simpatizaban con Perón chocaron con los grupos opositores
y clericales.
¿Qué pasó el 16 de junio de 1955?
Ese día estaba previsto que se
realizara un desfile aéreo en homenaje a San Martín y como desagravio a la
bandera nacional, con unidades caza-interceptoras que volarían sobre la
Catedral. Esa demostración contrarrestaría el ultraje a la Patria, ocurrido en
la marcha de Corpus Christi. Se suponía que Perón (quien había obtenido la
reelección 3 años antes con el 68% de los votos) iba a subir a la terraza de la
Casa de Gobierno para observar la demostración aérea. Muchas personas se habían
acercado a Plaza de Mayo para presenciar el espectáculo.
Pero los asesinos de siempre tenían
otro plan, que consistía en aprovechar el vuelo-homenaje, y bombardear la Casa
de Gobierno y el Ministerio de Guerra con el objetivo de eliminar a Perón y dar
un golpe de estado. Tropas del Batallón de Infantería de Marina 4 avanzaría
desde la Dársena Norte del Puerto de Buenos Aires para tomar la Casa de
Gobierno, con el apoyo armado de grupos civiles apostados en la Plaza. Se había
previsto la toma de la emisora de Radio Mitre y de la central de Teléfonos del
Estado para difundir una proclama revolucionaria redactada por Zabala Ortiz
(integrante de la U.C.R.). Tenían planeado movilizar las unidades navales de la
Marina de Guerra. Contaban también con recibir apoyo por parte de otros
sectores del Ejército y de la oposición que no habían sido consultados. El
ataque, estipulado para las 8 de la mañana, se había retrasado hasta las 10.45
por la niebla matinal.
A las 12.40, la escuadra de 40 aviones
de la Marina de Guerra que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía
bastante tiempo, iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos, cubriendo de
muertes la zona de la histórica Plaza de Mayo. El ataque cayó directamente
sobre la población, que realizaba sus actividades normales. Entre las primeras
víctimas cayeron los ocupantes de los vehículos de pasajeros. Un trolebús repleto
recibió una bomba de lleno, muriendo todos los ocupantes. En medio de las
corridas envueltas por el pánico, los disparos sin descanso de las
ametralladoras dejaron huellas que aún hoy se ven, por ejemplo, en el frente
del edificio del ministerio de Economía. En otro sitio, en el conurbano
bonaerense, una columna de soldados del Regimiento de Infantería de La Tablada,
también fue bombardeada desde aviones rebeldes. Tres fueron los muertos y seis
los heridos. Los alrededores de la sede de la Confederación General del Trabajo
(CGT), en Azopardo e Independencia, son también ametrallados, cuando comenzaban
a reunirse los trabajadores que se movilizaban para defender al gobierno
popular.
Fue el bautismo de fuego de la Aviación
Naval Argentina, arrojaron 9500 kg de bombas, contra la Ciudad Abierta,
provocando rápidamente cientos de víctimas y daños materiales. Participaron de
la intentona aviones de la Fuerza Aérea Argentina. El mando leal ordenó el
despegue de interceptores a reacción que si bien no pudieron llegar a tiempo
para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde
que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el
"Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery" y el río de la Plata,
cayendo un avión Texan al mando de los rebeldes bajo los cañones del Teniente
Adradas. Fue también el verdadero bautismo de fuego de la Fuerza Aérea
Argentina.
Desde el interior de la Casa de
Gobierno y desde el Ministerio de Guerra comenzó a organizarse la resistencia
armada. Las tropas agresoras a primeras horas de la tarde fueron desplegadas en
la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada, pero los repelieron desde el interior
efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo, y desde el exterior, por tropas
del Ejército que marchaban desde el sector del Ministerio de Hacienda. Los
leales fueron acompañados por los trabajadores que empuñaron las armas. Los
comandos civiles rebeldes entraron en acción bajo el mando de Zavala Ortiz,
hostigando a los leales y enfrentándose con la policía.
Las evacuaciones médicas en la zona de
Plaza de Mayo se iniciaron de inmediato, algunas incluso entre los bombardeos
aéreos y por los habitantes que se encontraban en las inmediaciones. Esto
provocó que algunos más cayeran.
Ante el fracaso del combate en tierra y
aire, los aviadores rebeldes y Zavala Ortíz, junto con otros 50 conspiradores
solicitan asilo y se refugian en Uruguay.
Aún hoy no se sabe exactamente la
cantidad de muertos y heridos producidos por la intentona golpista. Se habla de
por lo menos 350 muertos y 2 mil heridos. La noche del 16 de junio, como
represalia al baño de sangre producido por los golpistas, el pueblo incendió la
Curia Metropolitana, las catedrales de Santo Domingo y San Francisco, junto con
ocho iglesias de las zonas más acaudaladas de la ciudad. Perón decretó el
estado de sitio e intentó calmar mediante llamamientos por radio a la clase
trabajadora. Los cabecillas rebeldes temieron recibir la pena de muerte por
traición a la Patria, pero la pena más dura fue impuesta contra Toranzo
Calderón (condenado sólo a cadena perpetua). Los militares que se asilaron en
Uruguay fueron dados de baja por el cargo de rebelión, pero tras el golpe de
septiembre de 1955 fueron reintegrados por los nuevos mandos. El resto de los
culpables no fueron juzgados, iniciando una larga etapa de impunidad. Tres
meses después, Perón será derrocado.”
Fuente: http://www.26dejulio.org.ar/d16-m06
Para
mayor información sobre el 16 de Junio, camino al golpe de Estado de Septiembre
de 1955:
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/golpe_estado_55_-_anm.pdf
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