Ir al contenido principal

EN LAS PUERTAS DE UN ACUERDO POR LA DEUDA EXTERNA, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*


UN PUNTO DE INFLEXIÓN
Esos son los especialistas. Los que le impusieron un feroz impuesto regresivo a los más pobres y se quejan ahora, porque va a existir un impuesto a los más ricos. Son esos, los que para crear el sistema de expoliación económica y financiera a la sociedad, trajeron a la dictadura que los hizo más ricos en 1976.
Ahora los tiempos son otros, y otras las prioridades. El presidente Alberto Fernández adelantó que hay perspectivas de una próxima firma de los acuerdos con los bonistas, los buitres, por una parte de la deuda externa. Lo cierto es que se trata de investigar cuál es la razón política de esa posible firma en los próximos días. Se aventura que puede ser alrededor del 2 de junio.
La política marca que el problema hoy no es, en términos estrictos, pagar. Se trata de un acuerdo en un momento del mundo cuando se quiebran diferentes sistemas, los acuerdos surgidos al finalizar la segunda guerra mundial, las instituciones emergentes como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y una certeza relativa como es un acuerdo, puede dar aire al gobierno argentino que busca superar la emergencia sanitaria para relanzar la actividad productiva.
La pandemia está contenida en Argentina. La acción de gobierno es ardua, permanente y logra objetivos. Lo que no está contenido es la acción del macrismo residual que sale a las calles a quebrar la unidad que significa la respuesta del pueblo a la cuarentena que propone el gobierno. No es bueno que los medios de comunicación, incluso los cercanos al gobierno, difundan todo el tiempo a unos centenares de personas que gritan y piden levantar las restricciones.
Allí se juntan restos de Cambiemos, neonazis, ultraliberales que se llaman libertarios y energúmenos que están enojados con su vida. Difunden los dichos bien entonados de Patricia Bullrich, las idioteces de cualquier falso líder sin peso porque los medios, en general, privilegian subir la convocatoria de seguidores mediante la alarma y el escándalo.
Hay un detalle que no se contabiliza en los medios porque, además, no se investiga demasiado. Estadísticas de entidades dedicadas a estudiar el tránsito, señalan que en 2019 los accidentes de tránsito dejaron unas 6.600 víctimas en todo el país. El promedio mensual fue de 552 casos y solo Buenos Aires tuvo 2.100 muertos. Ahora, entre mediados de marzo de 2020 y el 18 de mayo pasado, no hubo prácticamente víctimas de tránsito debido a la cuarentena. Es un dato significativo, contundente. Sin embargo, no está en los medios de comunicación atestados de especialistas, fantasmas del macrismo.

LA DEUDA ES LA DEUDA

Es interesante contar que para que el acuerdo con los buitres se hiciera, y que la oferta argentina de 48 centavos por dólar esté cerca de acordarse alrededor de los 50 centavos, poco menos, poco más, hubo un trabajo arduo. Unas 150 personalidades de todo el mundo, economistas y cercanos, firmaron un documento apoyando a la Argentina. La apoyaron el FMI y el Banco Mundial con ayuda del Papa Francisco y Joseph Stiglitz.

Incluso el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Terner Mnuchin, abogó por una solución que atienda las razones del país. A su vez, Elizabeth Warren, senadora demócrata que puede ser la candidata a vicepresidente en la fórmula de Joe Biden, planteó que los acreedores norteamericanos deben alcanzar un “trato justo” con Argentina ante la crisis de la pandemia. Se cuenta también que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, intercedió ante Larry Fink, dueño de Blackrock, fondo buitre de mayor poder en el mundo, para que bajara sus pretensiones.
Resulta habitual que la izquierda, que en general apuntala al macrismo al apremiar al gobierno y al pueblo, argumente que todo eso carece de valor. Eso no es así porque es posible suponer, haciendo análisis libre sobre base política, que semejantes apoyos tienen un peso incuestionable para hacer ver la capacidad política del presidente argentino, en lograr una base de sustentación internacional en momentos muy difíciles para el país.
El primero fue el del Líbano, que estalló en la primera semana de marzo. Ahora vienen varios. Argentina en cambio, mostraría que tiene capacidad de acordar. El pago de la deuda en las condiciones del mundo, es la mayor incógnita de la historia. Lo que vale es la capacidad de acordar, no pagar ya. Y Alberto Fernández, con el auxilio de Martín Guzmán, su ministro de Economía, estará mostrando precisamente esa cualidad.
Se dirá para qué sirve. Grandes industriales argentinos, que nadie se atrevería a señalar como parte del peronismo o la izquierda, han pedido al Presidente que se trabaje para hacer retornar los capitales fugados del país durante muchos años. Uno de ellos fue Miguel Acevedo, titular de la Unión Industrial. No es el único, otros pesos pesados de su nivel hicieron lo mismo.
Preocupados por el desequilibrio global, esos industriales observan que no será fácil producir en cualquier parte, como sucedía antes de la pandemia. Ahora, se impone hacerlo en países que se muestren creíbles. Y Argentina va a ser uno de ellos, salvo las opiniones de los que trabajan para reducir a polvo la autoestima de los argentinos. Los hay de todos colores.
Alberto Fernández expresó el sábado 23 que aún en lo complejo del momento, hay perspectivas interesantes para el país. Y ese es, en parte, el valor de un acuerdo que no va a ser el mejor pero que aparece como una posibilidad de hacer un antes y un después, y así comenzar a pensar en la pospandemia.
Conviene recordar que Keynes advirtió en una oportunidad, que "Lo inevitable rara vez sucede, es lo inesperado lo que suele ocurrir". La unidad de los argentinos, el acceso de la fórmula Fernández-Fernández al gobierno, fue lo inesperado. y puede ser que no sea lo único. Lo inevitable,en tanto, es parte de las mentiras de cierta oposición sin destino.
            *Escritor, periodista, poeta, historiador.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA DICTADURA EN FORMOSA (1976-1983). ANÁLISIS EN UN PANEL.

NI FLORES, NI CONGRATULACIONES, por DANIA EVELIN YANACÓN*

                      Ni flores, ni congratulaciones, el 8M conmemora el “Día Internacional de la Mujer”, sus raíces se remontan a un sin fin de incansables luchas sociales y políticas que las mujeres han llevado adelante con el objetivo de ejercer plenamente sus derechos, en busca de la igualdad de género, incentivando su activa participación en la vida política, social, económica, civil y cultural. Su origen es difuso, sin embargo una de las primeras manifestaciones se produce en 1857, donde cientos de mujeres, todas ellas trabajadoras textiles, tomaron las calles de Nueva York alzando su voz en protesta por condiciones laborales humanas y salarios más justos, en respuesta las fuerzas policiales brutalmente arremetieron contra ellas asesinando a 120 mujeres. Años más tarde 15.000 mujeres, bajo la consigna “ Pan y Rosas ”, nuevamente vuelven a tomar las calles de Nueva York el 8 de marzo de 1909, exigiendo una mejor calidad de vida, seguridad económica, aumento de sueldo, disminución

EL FEMINISMO DECOLONIAL, SEGÚN LA SOCIÓLOGA KARINA OCHOA MUÑOZ

La socióloga Karina Ochoa Muñoz, mexicana, es además Dra en Desarrollo Rural por la Universidad Aurtónoma Metropolitana UAM, en donde realiza sus labores docentes, ha dedicado buena parte de su investiaciones y producciones al feminismo, vinculándolo con la mirada descolonial. Ella definió parte de esta tarea conceptual, en una entrevista: “ Creo que hay que hablar primero de feminismos descoloniales en plural: no hay una tendencia única dentro de lo que se llamaba antes feminismo y ahora yo llamo feminismos descoloniales. Es un campo bastante amplio donde caben tanto apuestas analíticas y reflexivas como luchas y resistencias que están muy vinculadas justamente con esta interpretación desde la crítica a la pretensión de universalidad y la actitud colonial que por un lado el pensamiento feminista clásico o hegemónico contiene pero que tiene que ver también con la crítica a la modernidad en su impronta colonial. Habría entonces que decir que los feminismos descoloniales son un c