En 1977, la
dictadura cívico-militar estaba en su primer año, y la cantidad de personas
desaparecidas, ya eran numerosas. El 30 de Abril de ese año, catorce Madres de
jóvenes que se encontraban en esa condición, es decir, no aparecían por ningún
lado, reclamaron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada. Como le impedían
manifestarse, y le obligaban a circular, esas Madres que exigían la aparición
de sus hijos, dieron ese día la primera vuelta a la Pirámide de Mayo, ubicada
frente a la Casa Rosada, en donde ejercía el dictador Rafael Videla.
El 30 de
abril de 1977, entonces, se produjo la primera ronda de las Madres de Plaza de
Mayo, en reclamo de sus hijos desaparecidos. En la actualidad, llevan más de
dos mil vueltas, con la misma intensidad, con el mismo reclamo, con el mismo
amor hacia sus hijos. Hoy, a 43 años de aquella primera ronda –dada la crisis
epidemiológica-, no pueden realizar la ronda, físicamente, pero sus simbolismos
estarán presentes con varios actos virtuales.
La Federación Nacional de Docentes
Universitarios (CONADU), se hizo presente con un comunicado de la CTA, que
hacen suyo, y se transcribe a continuación:
“Queridas
Madres:
Como
trabajador de la Educación y miembro de la Intersindical de DDHH aprovechamos
las columnas que nos ofrece el Boletín de la Secretaría de DDHH de CONADU para
enviarles un profundo abrazo de emoción, amor y compromiso con el recuerdo de
esa “primera marcha” que logró constituirse en un faro en la historia política
de nuestra patria.
No importaba
cuántas eran, ni quiénes, ni cómo pensaban, ni a qué se dedicaban. El amor de
madre, de ser humano, como un germen que nunca se puede acallar, venció todos
los obstáculos. Ese faro iluminó al principio tibiamente, luego resplandeció y
cada vez brilló con más fuerza y encandiló a la sociedad argentina.
Aunque hoy
parezca lejano en el tiempo, también iluminó al movimiento obrero. Dos años
después, también a fines de abril, se produce el primer Paro General de la CGT
a la Dictadura Genocida, que no tuvo un gran acatamiento nacional pero sí lo
tuvo en el cordón industrial, en el sector de la industria automotriz y en las
principales localidades del interior, justamente en esos establecimientos donde
fueron arrasadas las representaciones obreras y el activismo sindical.
Ustedes
iluminaron este primer parteaguas después del golpe genocida: los que estaban
contra la dictadura y la política económica de Martínez de Hoz, contra las
graves violaciones a los DDHH, y los que quedaron del otro lado...los Triacca,
Baldassini, Jorge Luján, personajes profundamente compenetrados con el régimen
militar. Un ejemplo de alcahuetería y fidelidad a los genocidas: cuando Triacca
tuvo que declarar como testigo en el Juicio a las Juntas Militares en 1985
manifestó que no le constaba la desaparición forzada de ciudadanos. Antes de
esto fue representante de la Junta Militar ante la OIT, y después, como
interventor de SOMISA, en el gobierno de Menem, junto a María Julia Alsogaray,
entregó la Siderúrgica Estatal a manos privadas, a un valor diez veces menor al
que correspondía. Hoy todos estos personajes han caído al basurero de la
historia.
Hoy, a 43
años de vuestra presencia inclaudicable, esa Marcha -ejemplo de gigantes- marca
un camino que no vuelve atrás. En la lucha por el género humano en su conjunto,
repetimos y seguiremos repitiendo para que nadie se equivoque:
¡¡¡MADRES DE
PLAZA DE MAYO, EL PUEBLO LAS ABRAZA!!!
¡¡¡SON
30.000!!!
POR MÁS
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA”
Carlos
Monestes
Secretario
DDHH CTA Ciudad Buenos Aires
I ntersindical DDHH
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