El 26 no se inician las
clases en Chubut por paro docente ante la indolencia del gobernador, que no
quiere reparar la falta de calefacción, agua potable y techos que se llueven en
las escuelas. Mariano Arcioni, formado en un liceo militar (el General Roca de
Comodoro Rivadavia), parece encerrarse en una trama de irresponsabilidad y no
escucha el clamor del pueblo.
Se aumentó el sueldo a
lo guapo al tiempo que no pagaba los aumentos de convenio a los docentes.
Luego, se tomó vacaciones en medio de una crisis económica y política con
hambre y falta de atención en salud y educación. No puede haber clases con
escuelas sin calefacción ni agua potable, con techos que se llueven y no se
reparan y en medio de la huelga de porteros.
Eso sí, Arcioni dio altos sueldos a la planta
corporativo-política, los máximos funcionarios de Educación y amigos. Así fue
que, en ese camino de corrupción, ascendió y subió el sueldo de la hermana del
ministro de Economía, la abogada Mirta Haydee Antonena, hasta entonces
Directora General de Higiene, de la Secretaría de Trabajo. Así, desde el 11 de
febrero, quien manejaba la higiene pasó a la Subsecretaría de Política, Gestión
y Evaluación Educativa.
El 16 de diciembre de 2019, Antonena dejó el cargo de Directora
General de Higiene y Seguridad, y como personal de gabinete, ascendió a
Subsecretaría del Ministerio de Educación, con un salario neto que superaba los
148 mil pesos. Hace días, se la vio de vacaciones con lujo en Mar del Plata.
Chubut vive en tanto una crisis de republiqueta en medio de la rebelión social.
Y eso no es todo, porque Arcioni, como una suerte de dictador
caribeño, dispuso por decretó nombrar a Daniel Ehnes en el cargo de “Personal
de Gabinete, con Rango de Subsecretario dependiente del Ministerio de
Educación”. En agosto del año pasado Ehnes había renunciado, luego de una
gestión de 3 meses y medio como titular de la Subsecretaria de Recursos, en
medio de la crisis con los docentes. Ehnes
es un sargento cuartelero a cargo de los destinos de la educación pública.
Clamaba entonces en los
medios que sustenta el gobierno del liceísta Arcioni, que, en el reclamo de
salarios docentes, “se esconden abusos y supuestos derechos que no hacen más
que sustraer recursos de la educación para el beneficio personal de unos pocos
actores del sistema”. Un discurso que parece extraído de los que se emitían en
la última dictadura militar.
Por eso, la destrucción de la institucionalidad en materia de
convenios colectivos, sostenimiento material de las escuelas, provisión de
recursos para materiales educativos, y logística en general, lleva a que el
gobierno profundice las diferencias para no cumplir con su responsabilidad en
materia educativa. No ha resuelto, por ejemplo, las necesidades de escuelas
provinciales en las que hay niños que no reciben clases hace dos años. Tampoco
se puede ver el canal 7 de Rawson, de la provincia, porque Arcioni dejó de
pagar el satélite y así niega a la población el acceso a información local.
¿Dónde está el salario?
El jueves 20, contra reloj, el ministro de Educación provincial,
Andrés Meiszner, anunció la transferencia de 489 millones de pesos para
cancelar la deuda con el sector docente. Lo notable es que se entrega para
salarios de los meses de julio, agosto, septiembre y octubre, es decir del año
pasado, cuando no se reparan las escuelas y es imposible dar clases. Se pagaron
30 millones de una deuda con los auxiliares (porteros) de la educación. Por lo
visto, el gobierno actúa al filo de la cornisa y mantiene diferencias severas
con el Frente de Todos.
Los primeros días de
febrero, el ministro de Hacienda Antonena hizo conocer los altos salarios de
los legisladores dejando en evidencia que el gobierno de Arcioni está encerrado
en su propia soberbia. “… hoy un diputado está cobrando aproximadamente 300 mil
pesos. Y esto habla a las claras del compromiso que algunos no están tomando
como tienen que tomarlo. Necesitamos estar todos involucrados porque en Chubut
salimos entre todos”, dijo entonces Antonena.
Otro conflicto se vive
en la justicia.
El Presidente del
Superior Tribunal de Justicia del Chubut, Dr. Mario Vivas, salió en
términos conciliadores a tratar las diferencias que mantiene con el personal
judicial de paro. La semana pasada hubo un paro con inédita participación de
jueces, fiscales y defensores definido como “un hecho histórico” por los
titulares del Sindicato de Trabajadores Judiciales del Chubut (Sitrajuch) de la
CTA, en lo que fue la segunda semana de protesta por un reclamo salarial. El suicidio del médico Enrique Ugarteche, ex
director del Hospital de Gualjaina, y su esposa Nanci Carreto, en la ruta
provincial 12, por posibles razones económicas, volvía a sacudir en enero a los
chubutenses.
El profesor Hernán Días
Varela reveló que el matrimonio (él, único médico en guardia permanente en esa
localidad rural) “Se estaban haciendo una casa en el pueblo, pero debido al
descalabro económico tanto nacional como provincial -del que la mayoría hemos
sido víctimas- no la habían podido terminar, y estaban siendo presionados para
dejar la vivienda oficial del Ministerio de Salud Pública que, precisamente,
está destinada para los médicos del Hospital”.
Expresó Días Varela que “La muerte de Enrique Ugarteche es el
primer retiro voluntario de la era Arcioni. Es parte de la
“población sobrante” de la que un Estado insensible, violento y carente de
empatía se quiere desprender, disfrazando esas decisiones como modernización,
eficiencia y “reingeniería” administrativa”. Por supuesto, el gobernador no
escucha.
Arcioni espera, al pagar
parte de sus deudas con los docentes, que el 26 de febrero haya clases. Los
maestros dicen no, porque las escuelas no están en condiciones. No admite que el horno
no está para bollos. La Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut
(ATECH) definió su actitud frente a un mandamás irresponsable e indolente ante
las necesidades del pueblo. Santiago Goodman, titular de ATECH, no es muy
optimista. Sabe que los maestros padecen necesidades, y que los niños no tienen
las escuelas en orden para recibir la educación que merecen. En cambio, los funcionarios y representantes
cobrar salarios de nuevos ricos que se sostienen en la pobreza que dejó el
ciclo macrista y reproduce Arcioni.
Es imposible que se
inicien las clases. Lo que hace el gobernador es mostrarse hacia afuera
incentivándolo, y dejar en el paro y los gremios la responsabilidad de no
hacerlo. Arcioni sabe que no se puede enseñar en aulas
semidestruidas e instalaciones que no pueden dar calor a maestros y alumnos.
Temen en círculos políticos que el gobernador busque el
conflicto permanente para ir a un “régimen especial” que gobierne, un poco como
en estas horas, fuera del Estado de Derecho y de la ley. Chubut es un
territorio que sufre el frío en invierno, y nieve en la precordillera y la
cordillera.
¿Pueden funcionar
escuelas y estudiar los niños sin calefacción ni agua potable y con techos que
se llueven? El liceísta Arcioni dice que sí. El pueblo de Chubut sabe que no.