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¡¡HASTA PRONTO, PROFESORA!!, por JORGE DANIEL CHACOMA*

 Fallecimiento  de Susana Torrado, docente e investigadora

                Aunque hace algún tiempo que no publicaba, ni sabíamos de ella, sorprende y entristece pensar que la socióloga y demógrafa Susana Torrado, graduada en la UBA y en la Universidad de París, nos haya dejado para siempre. Su trayectoria es tan inmensa e importante, que excedería estas líneas. Se trata de una figura de la ciencia, del pensamiento, de la política científica, de la academia, tan sustancial, que conforma un mojón, un hito, en la historia de cualquiera de estas áreas. La Sociología, la demografía y el rol de mujer, la tendrán en un podio para siempre, además de sus capacidades para gestionar, incluyendo a la carrera de Sociología, de la UBA.

               La conocí en 1985, cuando realicé una Pasantía en Buenos Aires, eligiendo el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), en una época en que la academia pública se encontraba en plena reorganización post-dictadura cívico-militar, y numerosos académicos destacados, aún se alojaban en organizaciones no estatales, en donde se desarrollaron muchas de las producciones científicas, especialmente en ciencias sociales, en esa etapa. Durante un mes, en el lapso de lunes a viernes, a un promedio de cinco o seis horas diarias, compartí su capacidad docente, investigación y de gestión. Fueron horas de rigor y aprendizaje profundo: lectura, escritura, trabajos prácticos que se realizaban y se rehacían, y conclusiones teórico-prácticas, con genuina carnadura académica. Fue muy alentadora aquella experiencia con Susana Torrado, experiencia que se transformó al final del mes en una incipiente pero agradable amistad. Y por supuesto, quedó mi admiración profunda, por alguien que parecía albergar en su figura, todos aquellos instrumentos necesarios para desarrollarse tanto teórica como en la práctica. No estaba en su lenguaje el desarrollo de los conceptos, los tenía como superados, internalizados, de tal modo que mostraba por ejemplo, cómo en la sociedad real, la economía, la explotación, la codicia, afectan profundamente a los hechos demográficos: natalidad, mortalidad, migraciones, desarrollo territorial, y la injusticia de las familias vulnerables, viviendo en permanente riesgo de todo (enfermedades, muertes, explotación, segregación). Cómo no admirar a aquella investigadora reconocida internacionalmente, que denotaba un discurso riguroso, de trabajo, de gestión, pero con una sonrisa al final del mismo, expresando la felicidad de la racionalidad puesta en acto, cuando se lograba el objetivo.

               Hacia el año 2002, cursando el Certificado de Ciencia Política y Sociología, en FLACSO de la calle Ayacucho, en Buenos Aires. Susana Torrado me reconoció, me llamó. Era a la salida de clases, minutos multitudinarios. Me sorprendió que a pesar de los diecisiete años transcurridos, recordara mi nombre. Intercambiamos saludos de rigor, y ante su pregunta de ¿cómo está Formosa?, se habilitó una larga charla, en el aula en donde ella finalizaba el dictado de su clase. Compartimos (un lujo para mí), por un lado, las miradas del materialismo histórico que teoría aparte, siempre presentes los datos empíricos; y por otro, la de un peronismo, que en ese momento, de mi parte, sólo podía alimentar de la tradición misma, después de las políticas vergonzantes del menemismo, en la década que recién finalizaba. Al año siguiente llegarían Néstor y Cristina.

               Pude recordarle a Susana Torrado, todo el aprendizaje de 1985, y el cambio de mirada, mas integral, holística, dado que con la variable demográfica, la realidad era otra, mas sufriente es cierto, pero de mayor rigor sociológico. Los conceptos de su planteo Estrategias Familiares de Vida, quedaron como un mojón, para ver la sociología de otro modo. Susana Torrado demostró eso mismo -aunque en forma luminosa-, en varias de sus obras, especialmente en su Historia de la familia en la Argentina moderna (1870-2000), que se publicaría al año siguiente, casi en paralelo a la asunción del gobierno de Kirchner.


               Aquella charla de 2002 en FLACSO, resultó tan agradable como tan riguroso había sido el aprendizaje de 1985. En medio de aquellas fechas, tuvieron lugar, numerosos fenómenos sociales, políticos y económicos, que dieron cuenta de una obra de Susana Torrado, tan sustantiva para la sociología y la demografía argentina, que allí están sus libros, sus gestiones -como la monumental Estructura Social de la Argentina, publicada por el CFI a fines de los años 90´-, sus diversos libros sobre el ajuste menemista, y la ya histórica respuesta del impresentable ministro de Economía de Menem, Domingo Cavallo, quien la mandó “A lavar los platos” (1994), luego que Susana Torrado, reclamara mayor presupuesto para la ciencia argentina. Las consecuencias nefastas para Argentina, de la gestión de ese ministro de Economía, fue el ajuste, al cual Susana Torrado, se refirió en 2004, entre otros, en su libro La herencia del ajuste. Cambios en la sociedad y la familia, publicado por Ed. Capital Intelectual: “La Argentina del ajuste perdió algunos preciosos atributos: una amplia clase media que ayudaba a metabolizar el conflicto social; vastos sectores obreros con inserción laboral estable y niveles de vida modestos pero dignos; altísimos flujos de movilidad social ascendente que permitían transitar la vida en términos de un proyecto; niveles de cohesión social superiores a los de muchos países periféricos e incluso a los de algunos países centrales. Pérdidas que, hoy por hoy, parecen irreversibles”. Espesor exacto de la realidad, mujer científica expresando sociología-demografía, bajo la conciencia en plenitud, que alcanza el sentido de justicia para los más vulnerables.

               Además del valor simbólico de la figura de Susana Torrado, nos queda su obra, que resulta tan homogénea y coherente como rigurosa. El corpus socio-demográfico, es tan abarcativo como revelador de la historia argentina, comenzando en el siglo XIX, y llegando al siglo XXI contemporáneo. Para las ciencias sociales, la innovación de conocer la trama profunda de la sociedad, como por ejemplo, los paradigmas vigentes de la familia argentina, aunque para el lector no académico, no haya trascendido tanto, como si lo hacen los textos de economía o historia. Su obra es inmensa gracias a que quizás –afortunadamente-, haya lavado pocos platos, y se haya dedicado a elaborar ciencia.

               Muchas gracias Susana Torrado, por dejarnos tanto conocimiento compartido. Y tanto ejemplo de rigor, coherencia y amor por su trabajo académico. Me quedaré con aquella última imagen de sonrisa amplia, protectora de sus alumnxs y pasantes.

Hasta pronto, Profesora!!

 

*Sociólogo. UBA. Docente en UNaF.

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