RODRÍGUEZ LARRETA CONTRA INDEMNIZACIONES PORQUE LO EXIGE EL CÍRCULO ROJO, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*
En el cierre de la Sociedad Rural, el “círculo
rojo” le ordenó el acto a Rodríguez Larreta, Macri, Vidal y los otros. Hizo que
Horacio paseara a un Mauricio de nuevo tipo como si fuera una modelo en un
desfile, a Bullrich Pueyrredón Luro, y mostrara callado y recogido, a Fernando
Iglesias. En horas previas, el poder (el tan mentado círculo) mandó al jeque de
gobierno porteño a pedir eliminar las indemnizaciones para acentuar las ganancias
fuera de la ley de los poderosos y, a la vez de obtener ese botín, eliminar
derechos históricos de los trabajadores luego de pasar por encima a la
Constitución Nacional.
La respuesta de Techint,
usureros de los bancos, el “campo” orégano de la especulación financiera,
consistió en días previos a las Paso, el carnaval de la oposición partida en
veleidades personales y de grupos, para ponerlos en fila y mostrarlos en un
escenario acorde (la sede donde moraba el ministro-secretario de Agricultura de
Mauricio, Luis Miguel Etchevere). A los más díscolos, a los piantavotos, los
hizo desfilar con una sonrisa de plástico. El discurso, que Horacio y Heidi
Vidal intentaban hacer ligero, abierto a ciertos tonos clasemediarios, lo tornaron
al borde de lo violento, gorila, irreductible y casi furioso. Una mezcla de lo
que le escucharon a Mauricio en su última etapa y Milei filonazi. De ahí que al
Horacio le tocó tomar un tema que parecía salido de la boca del videlista Funes
de Rioja, jefe de la Unión Industrial, o de Cristiano Rattazzi, ahora acallado
de su inclinación al exabrupto.
La lógica de Roca y sus
acólitos para endurecer el discurso, cosa que Larreta aceptó porque solo le
cabe acatar en esa instancia, lleva a pensar que pretenden tomar votos de los
espacios en que se dividió Juntos por el Cambio porque estiman, que no hay
muchos más fuera del propio espacio. Es decir, que no hay posibilidad de ganar
algunos en la periferia del peronismo o el frente, y por lo tanto, dan la orden
de cerrar filas hacia adentro e ir por Milei, López Murphy, Randazzo y cuanto
piantavotos ande de navegación en el espacio.
El guasón no quiere leyes
En ese contexto se explica que Horacio R. L. no haya podido desplegar su “tolerancia”, sus ganas locas de vivir en sociedad, y se fuera de boca ancha a pedir un “fuera de la ley y la Constitución” contra el movimiento obrero organizado. El de la Sociedad Rural no era un Horacio auténtico, era el automático, accionado a órdenes cerradas que salió a escena luego de otro discurso de María Eugenia ahora de Recoleta, regresado a su simulación más celebrada: la del guasón que acecha a la ciudad y no acepta réplicas.
En ese cuadro, que subraya el poder las
corporaciones, la usura y la fuga, quien sostiene a los candidatos del macrismo
(aún carga con esa simbolización) ordenó otra jugada. 49 jugadores,
legisladores de Juntos por el Cambio, tiraron toda la carne al asador y
salieron a denunciar a Carlos Zannini, procurador del Tesoro, por no aceptar la
propuesta de Correo Argentino para pagar unos pocos pesos por su
multimillonaria deuda con el Estado. Firman desde Iglesias a Jorge Enríquez,
Waldo Wolf, Paula Oliveto y otros. El 49 en la quiniela, recuérdese, es la
carne a la que juegan esos dependientes.
Una vez que Milei acusó
a Horacio de ser colectivista, remedo de discursos de los ochenta cuando se
caía la URSS, el círculo rojo le marcó a Rodríguez Larreta un cambio en su
cantar. Y el jefe de CABA hizo la venia y se largó contra los trabajadores. La Corriente
Federal de los Trabajadores había repudiado un intento previo meses atrás,
señalando que el trabajo no es un costo sino una inversión. Que la
indemnización está amparada por el artículo 14 bis de la Constitución, y es una
conquista histórica del movimiento obrero. Por lo tanto, hay que considerar que
Larreta plantea destruir derechos como un modo indirecto de sumarse a cierto
clima golpista que denotan Milei, Espert y otros candidatos de escaso apego
democrático. Ellos observan que Milei critica más al colectivo macrista en
diáspora, que al propio gobierno. Temen al mismo tiempo, que si se produce una
dispersión de la derecha, beneficien a los titubeos de Randazzo que, a pura
duda, no tiene bien claro quién es y a donde va. Sin embargo, quienes lo promueven
creen que tiene un dato a favor en la confusión, el viento puede llevarle votos
perdidos.
En ese clima de luces, sombras y traiciones, la
oposición vibra hoy en esa sensibilidad. El gobierno presenta un frente sólido,
sin fisuras, apuntalado por los logros ante la pandemia en todo el país y
ciertos resultados económicos que no van aún a la mejor distribución, pero
generan no presenta sino perspectivas, puede tener un resultado favorable que
sorprenda a propios y ajenos. Por eso, el círculo rojo y su encargado de la
misión en la calle, el Horacio, van a lo concreto, comerse hacia adentro,
aunque duela. Ellos si saben que, si pierden, el círculo rojo no paga
indemnización a los caídos. Solo los barre para mostrar la vereda limpia donde
Mauricio ahora, desfila y calla.
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