El escritor, y Profesor en Letras formoseño Luis Medina Lazar, de notable producción actual, ha expresado las palabras que siguen en la red Facebook, que rescata la propia actividad literaria, individual y grupal, en un tiempo dado, del grupo Crisol de Almas:
(Luis Medina Lazar, Formosa, 15 de
marzo de 2021)
La educación local,
a pesar de numerosas dificultades, exhibió un crecimiento permanente de su
oferta curricular (educación técnica, Memas, educación especial, y otras), lo
cual favoreció la incorporación de jóvenes a las aulas, incentivando en forma
simultánea la necesidad de expresarse culturalmente.
El suplemento
cultural del diario La mañana, se
nutrió de todo ese ambiente de ideas y materialización de expresiones genuinas.
El suplemento, tanto en el período 1992-1994 como 1998-2000, pudo abrazar y
contener a tantos cultores, deseosos de difundir su producción individual y
grupal. Por supuesto, que anteriormente, existieron expresiones culturales de calidad,
pero esta época diseñó cierta ruptura cuantitativa primero, y de singularidad,
después. Todo ello ocurrió, a pesar de las ignominiosas políticas neoliberales
del menemismo, que destruyó buena parte de la cohesión social de la sociedad
argentina. La pobreza, la desocupación, la indigencia y el traspaso de la
riqueza, desde lo público hacia grandes grupos corporativos, marcaron los
rumbos lamentables del país y las provincias, que culminarían en el 2001.
A pesar de ello,
gran parte de la juventud formoseña, en esos años, abrió su propio cauce, para
expresar la realidad local. Por supuesto, que las letras locales, se
constituyeron en una columna esencial para el crecimiento de la cultura de
Formosa. Se difundió a los escritores ya conocidos, diríamos los “clásicos”,
como Aldo Cristanchi, Margarita Diez, Orlando Van Bredam, Humberto Hauff, María
del Carmen Nucci, Hugo Del Rosso, Héctor Rey Leyes, Blanca Salcedo, Ariel
Vergara Bai, el propio José Sosa Taboada, entre otros. Escritores del interior como
Sergio Mariani y Renzo Ovejeros (Comandante Fontana), Eulogio Arguello (Puerto
Velaz), Clara Martínez de Casal (Laguna Blanca), Carlos Arnedo (Clorinda). Los
nuevos valores literarios, o más conocidos en ese momento, como Fanny R.
Zeballos, María Isaías, Rodolfo Borgonovo, Gerónimo Ríos, Griselda Bermúdez,
Tisa, María del Carmen Makuch, entre otros. No se trata de una lista exhaustiva,
pero sí, quienes más se expresaban cada domingo para los lectores formoseños.
Finalmente, por supuesto, que florecieron los jóvenes de Crisol de Almas, que ya por su propia denominación grupal, invitaban al acercamiento, empatía y solidaridad. Fueron solidarios con su público lector. Cada semana entregaban una nueva versión de sus almas reflexivas en algún caso, y disruptivas en otros, asumiendo sus propias “anarquías”, adolescente-juveniles. Como grupo y como individuos, expusieron un lenguaje nada rudimentario, sino que encerraban la objetivación de sus ideas, de sus almas. Es cierto que eran los chicos del Diario, Luis Medina, Vanina J. Rojas, Edith Bracho, Rodrigo Rojas, Sergio Mariani, Flavia Latina, también, pero también dejaban asomar cierto esplendor de sus poemas, de sus relatos, de sus cuentos, que afortunadamente perturbaron, el “derrame de riquezas” que proponía el neoliberalismo menemismo, rematando medio país, para erigir un contenido complejo y con futuro, como suele suceder con los jóvenes. Hoy son profesores de Letras, emprendedores de sus virtudes, y lo fantástico de sus experiencias de almas, se erigieron en narraciones, que dieron cuenta en la realidad de sus propios procesos de vida, vinculados a la educación, y a la vocación de servir al lenguaje, y por lo tanto al prójimo. El alcance del lenguaje resulta inabarcable, a veces se torna real, otras, inverosímil, otras, cargados de fantasía. Los jóvenes de Crisol de Almas, Luis, supieron erigir un halo de lucidez y de pureza, en una Argentina, que sólo destruía lazos sociales. Muchas gracias a Crisol de Almas!!
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