LA ARGENTINA EN VÍSPERAS DE FLORECER, LUEGO DE LAS HERIDAS DE LA PANDEMIA, por ALEJANDRO C. TARRUELLA*
Días y cambios
Uno de ellos lo expone
la vacuna, Argentina–México con empresarios poderosos que se suman, Slim, otros
que ponen algo de su peso, Rothschild, y fuertes apoyos para alcanzar el punto
principal de los acuerdos políticos, Joseph Stigliz, la titular del FMI
Kristalina Giergieva, y el mismo Papa Francisco, callado en su natural
prudencia, que trabaja hacia nuevos paradigmas mundiales sostenidos en la
solidaridad y la colaboración internacional. Argentina es un centro en ese
recambio planetario a pesar de los agoreros profesionales, parecidos a los
especuladores aún en su angustia de preferirse casi fuera de todo. El secreto
es la vacuna
Si Macri en una de sus falsedades preferidas,
sostenidas en un precario conocimiento de las cosas, se quejaba de que habíamos
estado “fuera del mundo”, hoy –amparado en París y la Costa Azul donde agita la
presunta falta de libertad que nunca reclamó bajo Videla y Massera-, debe
contar con alguien con cierta idea ecuménica que le cuente cómo es la
actualidad. Que estamos bien adentro.
Científicos y especialistas del Malbrán,
exponen los dos países en pugna. El de la entrega, la fuga y hasta la
disgregación, que los ponía en la calle, y el que los recupera, les devuelve su
dignidad. Ocurre algo semejante en biotecnología (Argentina y Uruguay son
reconocidos en todo el mundo), en energía nuclear, atómica, y desarrollos en
diferentes tecnologías como ocurre con la salud, las metalurgias y la cultura.
El país que se revalora es el que está trabajando para ponerse de pie, superar
la pandemia, y mostrar su nuevo rostro.
Las variaciones en el mundo, hacen que entre
las capacidades más importantes que se reclaman, estén la negociación y la
organización. Ambas precisan escuelas renovadas que sitúen el conocimiento
histórico, el desarrollo en la actualidad en los términos de los nuevos cuadros
internacionales. Y hay que tener en cuenta, la enseñanza de los grandes
forjadores de la Patria. Belgrano advertía que “Se ha dicho, y dicho muy bien ‘que el estudio de lo pasado enseña cómo
debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir’; porque, desengañémonos, la
base de nuestras operaciones, siempre es la misma, aunque las circunstancias
alguna vez la desfiguren”. Belgrano insistía en que las cosas, en su
complejidad, son sencillas y esa es una clave para el momento histórico
Hay actores preponderantes como son los casos
de China, Rusia, India, incluso Pakistán, la Alemania de Ángela Merkel que
rediseña Europa, México y Venezuela en América, más el Brasil que sobrevendrá a
Bolsonaro, la Bolivia que camina hacia una recuperación de la democracia y un
estatus mayor de Estado de Derecho.
Así, hay que analizar a los países de la región
sobre la base de sus nuevos encuadramientos. Ni Brasil será el mismo, ni Chile
puede continuar expresando que la fortaleza de la América de origen hispano e
íbero, está en un eje Brasil-México. El Chile de Pinochet y post Pinochet, al
que pertenece el ex presidente Ricardo Lagos que lo expresó, ya no existe.
Estados Unidos mismo, luego de la elección de noviembre, se verá apremiado por
buscar un nuevo orden mundial donde puede insertar su moneda, ya no como centro
sino como parte de una guía para los negocios y las finanzas.
Horizontes abiertos
Ya lo estaban, puesto que al salir de la
dictadura no hubo cambios sino reformas, algunas que dieron sus frutos. Hoy en
Argentina hay un tiempo de transformación. Si es necesario una nueva justicia,
son necesarias, entre otras demandas, una Constitución que exprese el tiempo
político de esa mutación, y en ella, hay que considerar el traslado de la
capital a un territorio que exprese los tiempos por venir.
Un eje de reconstrucción va a ser hacer una
estructura que recupera el Mar Argentino y el Atlántico Sur, del que se depreda
por un total anual que supera los 80 mil millones de dólares. Así como hay que
recuperar el Paraná, donde se fuga de contrabando más de 30 por ciento de la
producción del agro, y sirven de sustento a los tráficos ilegales. Una capital
en el sur, puede ser el reclamo de un actor principal que son ya –Alberto
Fernández lo expresó desde su discurso de asunción el 10 de diciembre de 2019-,
las provincias. Desde las provincias, como en muchas etapas históricas nacionales,
llega un viento fresco que apura cambios en una mirada que avista lo que vendrá
con postura de protagonista principal. Hay menos ruido hacia el interior del
mapa como que las grandes decisiones no precisan estridencias. No es el rock en
tono de remedo, sino una zamba, una tonada, un valseado para estremecer en lo
hondo del sentimiento de un pueblo.
El mismo partido Justicialista tendrá un papel
diferente del que ha ejercido. El reciente encuentro de sus máximas
autoridades, encabezadas por su presidente, José Luis Gioja, y Gildo Insfrán,
titular del Congreso del PJ, lo subraya sin estridencias. Ahí hubo un papel
destacado de Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta, que observa con
suma atención el campo internacional. Es Insfrán quien pregona un tema capital
para la transformación al resaltar que “la palabra salvadora es unidad”.
La realidad lo sustenta y el 7 de agosto,
cuando habitualmente concurren casi dos millones de personas a agradecer al
santo, no fue nadie. En el PJ se analizó el enorme valor del pueblo que, ante
la voz que indica que por la situación de la salud, no hay que ir, no concurre
pero está. “Esa es la unidad que se
expresa en el silencio de hechos contundentes”, resumió un alto dirigente.
Y si hay unidad hay conducción.
Así, nuevos actores, mapas que se renuevan y
una recomposición de políticas activas para realizar lo necesario, son el
corolario en el que el gobierno de Alberto Fernández que se apoya en su
vicepresidenta Cristina, en sus gobernadores, en el movimiento obrero
organizado, las organizaciones sociales, las pymes, la industria, el comercio,
la ciencia, la salud, la educación, la cultura y otros movilizadores, serán los
motivadores de la acción y los logros.
De la periferia al centro, desde las provincias al centro y para el conjunto del país será el movimiento. El año próximo, en el fin de la pandemia, se verán las primeras luces de un alumbramiento que motivará a sucesos novedosos en la región, en Suramérica y que acompañará a un tiempo que tiene que ser mejor para América y para la humanidad.
No será ya tan importante repasar dichos de
dirigencias perimidas, y repetirlos como si fuésemos hijos del riesgo, sino
acudir a nuevas palabras que apuntalen nuevos hechos. En la transformación,
Leopoldo Marechal parece haber encontrado la fórmula de estos días al expresar
que “La Patria es un peligro que florece”.
No hay dudas que los argentinos estamos en días
de florecer como nos recuerda el poeta. Luego de actuar en unidad ante un
padecimiento colectivo.
*Periodista, escritor, historiador.
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