La
globalización tal como la conocíamos estaba totalmente descontrolada por el
frenesí del modelo de acumulación, de consumo y de desarrollo a costa de
la extracción de los recursos sin medir
las consecuencias. En el mundo científico era ya esperado y se veía venir. Los
causantes, nosotros, los hombres y mujeres de un sistema global lo observábamos
en cuestiones relacionadas con el cambio climático en alguno de los casos. No
como sucedió y tampoco como lo esperábamos, es algo más parecido a un film en donde somos los actores
principales.
El
geógrafo británico David Harvey, intelectual de gran trayectoria y uno de los
representantes de la corriente epistemológica radical de la geografía, entre
otros, tales como Milton Santos y Henri Lefebvre, sostuvo en una de sus últimas
reflexiones en el contexto de pandemia
que está viviendo el mundo que:
“La experiencia previa había mostrado que uno
de los inconvenientes de una globalización creciente estriba en lo imposible
que resulta detener la rápida difusión internacional de nuevas enfermedades.
Vivimos en un mundo enormemente conectado en el que casi todo el mundo viaja.
Las redes humanas de potencial difusión son inmensas y está abierta. El peligro
(económico y demográfico) sería que la alteración durase un año o más”. (1)
Cualquiera
diría que es superlógico lo que expone Harvey. Es más, podríamos decir que
desde hace siglos la globalización se construyó en base al movimiento de
personas con intereses económicos. De los largos viajes por la Ruta de la seda
desde los nacientes mercados del Mediterráneo hasta el sudeste asiático. Y por
supuesto los primeros viajes de Colón hacia América. Una idea que se basaba en
la interconexión de mercados para sacar beneficios económicos que lentamente
paso a ser un caos total por la avaricia
de grupos minoritarios de la sociedad.
Haciendo
una síntesis de la síntesis podemos decir que el liberalismo es el pensamiento
que, de la mano de Adam Smith, surgió desde las clases medias artesanales de la
revolución industrial en Gran Bretaña dando origen a la configuración del
espacio geográfico mundial. Con su
disposición a decidir cómo se determinaría la división internacional del
trabajo dejando heridas difíciles de sanar hasta en nuestras tierras con sus
ferrocarriles y también con la deforestación de ejemplares tales como el
Quebracho para la extracción de tanino.
Países
centrales que están adelantados en materia técnica y científica y países
periféricos que están obligados a
producir materias primas para la exportación a los primeros. La diferencia es
evidente para cualquiera que lo quiera analizar. El agravante a esta situación
se da después de la reunión de Bretton Woods en Nuevo Hampshire en julio de
1944 en donde comienza el neoliberalismo finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Punto de inflexión en donde también se crearon la mayoría de los organismos
tales como la ONU, OTAN, FMI, BM, OMC, OPEP, etc. Hasta que la caída del muro
de Berlín desembocó en la victoria de las ideas de Milton Friedman y Federico
Von Hayek digitada desde la Universidad de Chicago a nivel planetario.
A todo esto, la globalización que conocemos
hoy en día se construyó durante todo ese
proceso de hechos económicos y geográficos al cual se refiere Harvey. Esta
construcción histórica social, económica y política configuró el espacio
geográfico, delimitó los territorios. Acumulo riquezas en algunos lugares y en
otros dejó solo pobreza. Generó desigualdades profundas en la sociedad. En cada
uno de esos momentos históricos pasamos de una acumulación originaria de la
riqueza a una acumulación de la riqueza por desposesión. (2) Sostiene Harvey
que
“Estos “momentos” incorporan la expresión
activa de aspiraciones, necesidades y deseos, el ansia de conocimiento y
sentido y la búsqueda en evolución de satisfacción contra un trasfondo de
cambiantes disposiciones institucionales, contestaciones políticas,
enfrentamientos ideológicos, pérdidas, muertes, derrotas, frustraciones y
alienaciones, todo resuelto en un mundo de una marcada diversidad geográfica,
cultural, social y política”. (3)
En
estos términos, a los desequilibrios que los momentos fueron imprimiendo en la
configuración de nuestra geografía ahora le sumamos lo más novedoso que es la
pandemia. Un virus que se movilizó a nivel planetario en meses y que nos cambió
radicalmente todo lo que hasta ahora lo habíamos institucionalizado. La
escuela, la universidad, el trabajo, entre otras cosas están siendo
transformadas a lo que estábamos acostumbrados. Y ahora que lo pienso también
nuestra ciencia, la geografía. ¿Cuál sería la geografía más acertada de hacer
en este momento? ¿Geografía de la Salud o Geografía de los infectados?
Pareciera ser que todo lo referido a la geopolítica o a la geoeconomía pasó a
un segundo plano. En ciudades de América quedó evidenciado que los sistemas de
salud privatizados no dieron abasto para atender a sus habitantes. En la ciudad
portuaria de Guayaquil las muertes se contaban en las calles, en Nueva York los
infectados se contaban de a miles. ¿Tendríamos que hablar de una geografía cultural
o una geografía ambiental? Me pregunto por el hecho de que como todo es nuevo y
no existen vacunas para esta nueva enfermedad nos tenemos que acostumbrar al
distanciamiento social, a la higiene constante de las manos y a consumir lo
necesario para no seguir derrochando los recursos básicos como el agua.
En
conclusión, desde que comenzó la cuarentena obligatoria en nuestro país tuvimos
un tiempo prudente en observar ciertas falencias y aciertos en un primer
momento. Cuando fueron pasando los días tuvimos crisis económica, psicológicas,
etc. Siguieron pasando los días y el virus nos demostró que su presencia va a
ser por mucho la mejor cura al sistema depredador que teníamos hacia cinco
meses atrás. Pero en este sentido, como actores activos en la sociedad, es una
obligación ocuparnos y debatir de cómo podemos ayudar a nuestra comunidad desde
nuestro conocimiento. La geografía es una ciencia social, es totalizadora.
Estudia a la sociedad en su totalidad, entonces, es menester que investiguemos
lo ambiental, sanitario, económico, histórico, político, demográfico,
sociológico, etc. en el orden que cada uno lo quiera porque lo que importa es hacer una geografía
que transforme nuestro espacio social, nuestro
espacio geográfico.
*Profesor
en Geografía; miembro de Asoc. Geógrafos de Formosa. Estudiante de Lic en
Comercio Exterior. Militante político.
Notas:
HARVEY, David https://www.sinpermiso.info/textos/politica-anticapitalista-en-tiempos-de-covid-19
HARVEY, David “Breve
historia del Neoliberalismo” Oxford University Press. 2005
HARVEY, David https://www.sinpermiso.info/textos/politica-anticapitalista-en-tiempos-de-covid-19
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